La ropa sucia ya no se puede seguir lavando en casa: Sandra Quiñones

0
141

TRIBUNA DE LA BAHÍA

Puerto Vallarta, Jal.- Las violaciones en los matrimonios, las agresiones físicas entre las familias, las agresiones a mujeres por familiares, amigos, patrones, trabajadores, compañeros de escuela y maestros ya no se pueden seguir quedando en casa, se tienen que denunciar. Y en Vallarta tenemos un centro de justicia que nos está permitiendo tener un poquito de acceso a la justicia, afirma Sandra Quiñones Domínguez, coordinadora del Cladem y vocera del Colectivo Mujeres Puerto Vallarta.

¿Cómo está funcionando este centro de justicia? –se le pregunta.

“Muy bien; a pesar de sus carencias y de una serie de contratiempos que vienen de Guadalajara, nosotras como mujeres de redes seguimos confiando en el centro; creo que en Vallarta es la única institución que nos da la certeza de que brinda protección a la mujer.

“Para nosotras, continúa, la violencia estructural es una violencia androcentrista; el hombre, el varón, está en el centro de toda esta geopolítica social, económica y educativa mundial; entonces todas las actividades: sociales, familiares, económicas, políticas, educativas, culturales, artísticas, las que quieras, en todas el hombre es el que tiene primero el acceso a los derechos; a partir de ahí también los hombres son violentados al no permitírseles expresar sentimientos, al no permitirles expresar vulnerabilidad, ¡son humanos, no son máquinas! tienen las mismas condiciones y características que nosotras, se joden y se rompen igual que nosotras, pero no les está permitido a ustedes.

“Nosotras ya pusimos sobre la mesa que el problema son ustedes (los hombres) pero ustedes siguen sin retomar esa responsabilidad y discutir por qué me creo con el derecho de violar a mi esposa, por qué me creo con el derecho de vender a mi hija, por qué me creo con el derecho de acosar a mi empleada, a mi compañera de trabajo, a mi alumna, a mi compañera de clase…

–Pero no todos los hombres acosan, violan o venden a sus hijas, se le replica.

“En Vallarta nos hemos dado cuenta de padres que negociaron los matrimonios de sus hijas; aquí, este año, en Vallarta hay casos de maestros que siguen acosando a sus alumnas a cambio de calificaciones, de patrones que acosan y violan a trabajadoras, con la promesa de aumentarles el sueldo…” Claro que todos los hombres son acosadores, enfatiza.