La revelación del secreto industrial

0
422
Iliana Sánchez

Se considera secreto industrial a toda información de aplicación industrial o comercial que guarde una persona física o moral con carácter confidencial, que le signifique obtener o mantener una ventaja competitiva o económica frente a terceros en la realización de actividades económicas y respecto de la cual haya adoptado los medios o sistemas suficientes para preservar su confidencialidad y el acceso restringido a la misma, así es como la Ley de propiedad Industrial define el secreto industrial.

La información de un secreto industrial necesariamente deberá estar referida a la naturaleza, características o finalidades de los productos; a los métodos o procesos de producción; o a los medios o formas de distribución o comercialización de productos o prestación de servicios.

Si alguna vez te has visto en una de estas situaciones, has despedido un empleado y después revela a tu competencia  tu secreto comercial o el mismo renuncio con la idea de utilizar tu valiosa información para abrir su propio negocio, situaciones como estas son tan comunes, que más vale tener una ligera idea de lo que podemos hacer al respecto.

Para esta situación específica he aquí lo que el artículo 223 de la citada ley, nos dice al respecto:

III.- Revelar a un tercero un secreto industrial, que se conozca con motivo de su trabajo, puesto, cargo, desempeño de su profesión, relación de negocios o en virtud del otorgamiento de una licencia para su uso, sin consentimiento de la persona que guarde el secreto industrial…

IV.- Apoderarse de un secreto industrial sin derecho y sin consentimiento de la persona que lo guarde o de su usuario autorizado, para usarlo o revelarlo a un tercero, con el propósito de obtener un beneficio económico para sí o para el tercero o con el fin de causar un perjuicio a la persona que guarde el secreto industrial o a su usuario autorizado, y

V.- Usar la información contenida en un secreto industrial, que conozca por virtud de su trabajo, cargo, puesto, ejercicio de su profesión o relación de negocios, sin consentimiento de quien lo guarde o de su usuario autorizado, o que le haya sido revelado, o que le haya sido revelado por un tercero, a sabiendas de que éste no contaba para ello con el consentimiento de la persona que guarde el secreto industrial o su usuario autorizado…

Los delitos previstos en este artículo se perseguirán por querella de parte ofendida, y las penas irán desde dos a seis años de prisión o incluso multa de cien a diez mil de salario mínimo a quien cometa cualquiera de los supuestos antes mencionados. Y un dato muy interesante es que incluso la persona afectada podrá promover por la vía civil el pago de daños y perjuicios.

Esto es tan simple como comprender que estamos a cargo de un grupo humano, cuando lideramos no manejamos recursos humanos. Sinceramente el concepto “recursos humanos” no me gusta, un recurso puede ser financiero, tecnológico o lo que uno quiera, pero cuando está rodeado de personas, son personas y punto.

  1. Maestría en el detalle- Simplemente ser un maestro en el arte de ser detallista. Un buen líder debe ver desde el aspecto mínimo hasta el más avanzado, tratando de que nada quede fuera.
  2. Voluntad y deseo de asumir plena responsabilidad- Un líder de éxito debe asumir la responsabilidad, por lo que respecta a las equivocaciones o negligencias de sus seguidores. Si trata de evitar esta responsabilidad es casi seguro que su puesto durará muy poco. Cuando un seguidor comete un error, es el buen líder el que siente que cometió ese error.
  3. Cooperación- El líder exitoso comprende y aplica el principio del esfuerzo de cooperación y es capaz de inducir a sus seguidores a que hagan lo mismo. Simplemente consiste en saber cooperar con los demás y lograr que los demás comprendan esto para aplicarlo en sus acciones.

Bueno hasta aquí tenemos los 11 secretos para ser un buen líder, obviamente existen muchas cosas más que complementan a serlo; sin embargo, los líderes tienen usualmente estos puntos en común.

EtiquetasOpinión
Iliana Sánchez