La relación México-Estados Unidos en tiempos de COVID-19
Había mucha expectativa por parte de varios sectores conservadores en México sobre el devenir en la relación entre Joe Biden, presidente de Estados Unidos y el presidente López Obrador. Esperaban que la primera reunión virtual fuese una especie de arranque de una política de tutelaje por parte de la nueva administración demócrata.
La desesperación de este sector, que ha invertido en mantener una campaña permanente de desgaste de la figura de AMLO dentro y fuera de las redes sociales no ha rendido frutos. Es decir, la aprobación presidencial sigue estando por arriba del 60 por ciento, y todo parece indicar que podrá mantener el control de la Cámara de Diputados como ya lo prevé Dante Delgado uno de los principales opositores del país, aunque como él mismo lo ha expresado no pertenece al sector golpista.
Este sector que sin lugar a duda creía que con la llegada de Biden a la Casa Blanca podría haber un freno a las intenciones de la cuarta transformación de deshacer los grandes negocios corruptos que fueron producto del Pacto por México.
Además, esperaban que existiesen críticas muy duras a las políticas sociales del tabasqueño, pero no fue así, la tesitura fue en un tono que los desubicó. Y es que, la oposición política esperaba que Washington les avalará la agenda para asumir acciones más radicales en el debilitamiento del inquilino de Palacio Nacional.
Los intereses de Estados Unidos han prevalecido por sobre esas voces que pedían un intervencionismo abierto, eso no significa que no vayan a existir presiones especialmente sobre en el tema energético, pero existen situaciones que hoy en día los llevan a mantener una agenda bilateral en la que es necesario la cooperación conjunta.
Uno de los elementos que mantienen en vilo la economía americana, es que no ha logrado recuperarse del golpe económico puesto por la pandemia mundial de la COVID-19, y eso ha significado que emerjan otros polos de poder que están apuntando a una nueva reconfiguración regional, sobre todo China en el caso del pacifico, y que ha intensificado su presencia en América Latina, rompiendo por ejemplo en el caso de Venezuela el cerco y bloqueo económico que Estados Unidos ha intentado establecer para asfixiar al chavismo.
No sólo, también está Rusia, que ha avanzado en generar alianzas en el continente americano, y que apuntaló con Argentina, y de la cual México ha sido participe para solucionar el grave problema del acaparamiento mundial de vacunas.
De acuerdo con cifras otorgadas por la Organización Mundial de Salud, el acaparamiento mundial de vacunas se está llevando a cabo en América del Norte con 14.3% y en Europa con 4.7% mientras que Asia apenas ha podido obtener 0.5%, África 0.2%.
Joe Biden prometió en campaña vacunar en los primeros 100 días de gobierno a 100 millones de americanos, generando restricciones a las empresas farmacéuticas para que no puedan exportar los productos que producen en Estados Unidos.
Pero el problema los desborda, y es que, aunque se pueda vacunar a toda la población americana por sobre encima de la población mundial, su recuperación económica dependerá también de la recuperación del mundo.
En ese sentido para poder generar el apalancamiento de su economía, además debe de tener a sus principales aliados regionales en condiciones de arrancar el periodo de recuperación. En este caso México, en donde existen actividades esenciales que los americanos necesitan sostener, a pesar de la pandemia, se vuelve indispensable para sostener su producción.
No sólo. La migración tanto de México como de Centroamérica en momentos muy delicados para detener el avance de la mortalidad del virus en Estados Unidos se vuelve una prioridad, es por ello por lo que Biden no echará para atrás las políticas que tanto criticaron con Trump respecto de contención de la migración centroamericana.
Es decir, el corredor de migración entre Centroamérica, México y Estados Unidos se vuelve indispensable, ya que de no ser atendido la diseminación del virus en la región puede seguirla afectando a pesar de los esfuerzos de vacunación, ya que como nos ha demostrado esta pandemia, la COVID-19 no respeta fronteras.
Es así como se vuelve un problema de Seguridad Nacional. El sueño de los golpistas en México se ha debilitado justo por este problema, no se puede permitir caos en el país vecino, mientras la recuperación económica es lenta, la capacidad productiva en el sector salud no da el ancho ni siquiera para toda la población americana. Estamos presenciando un momento de debilidad, que también se vuelve una oportunidad, eso lo ha entendido muy bien el presidente López Obrador.
La recuperación económica de México es una necesidad no sólo nacional, sino es de carácter regional. Mientras Estados Unidos está luchando por mantener su hegemonía mundial, en México el proyecto se ha vuelto recuperar la soberanía nacional. En ese sentido, el arrebatar a los capitales especulativos, y que habían llenado de corrupción al estado mexicano, están siendo combatidos para impulsar desarrollo económico. Mismo que contiene por sí mismo la migración forzada.
La vacunación en México tendrá que ir acompañada del apoyo americano, de no ser así, la propia potencia mundial verá afectado sus intereses, no solo en la región sino ante el mundo. Al no poder ni siquiera sacar adelante a sus socios domésticos esta imagen que se había forjado a finales del siglo XX empezará a debilitarse profundamente.
Por lo pronto, Banxico ha anunciado que México tendría en 2021 el segundo mejor desempeño en 40 años, con lo que tendría un PIB de 4.8% de crecimiento. Podría generarse un crecimiento aún mayor si el número de muertes y contagios disminuye, para ello se requiere de cooperación económica sin subordinación, ya que como dijo el presidente López Obrador no estamos tan lejos de Estados Unidos.