“La ley soy yo”
Todos tenemos facultades y debilidades, mismas que para fortalecerlas o aminorarlas, recurrimos a opiniones de especialistas para nutrirnos con sus conocimientos.
La clave del éxito es usarlas y fortalecerlas.
Con relación a la actuación personal del presidente en turno es definitiva en la atracción de inversiones, en su capacidad de negociación, carisma y la confianza que pueda transmitir a los posibles inversionistas, lo cual no se ha logrado haciéndose evidentes sus debilidades.
La falta de lo anterior ha sido la causa de nuestro fracaso económico en este sexenio, y en la industria de generación de energía, donde, aparte de los problemas de los contratos con compañías extranjeras, no existe visión de crecimiento sustentable para zonas productivas del país, teniendo un promedio del 85% del territorio nacional apto para energía solar.
¿A casi 4 años de gobierno la gente pregunta hacia a dónde vamos? la completa militarización del país? la desaparición de todas las organizaciones civiles? completo control de país por los próximos 40 años? objetivos siniestros de acabar con el área productiva? ¿para qué? ¿qué se gana con eso, un país improductivo, sojuzgado, y con qué fin? ¿Otra Cuba o Venezuela?
Es muy alarmante la violación sistemática de la ley en el proyecto del tren maya en donde una declaración de seguridad nacional extemporánea, pasando sobre una previa orden de suspensión por orden de un juez federal, violación apoyada por el presidente en turno, ordenando personalmente la continuación de la obra, no obstante impedimentos legales federales.
Esta actitud arrogante y prepotente del presidente en turno ya rebasó fronteras con el consiguiente daño a la confianza en nuestro país, de inversionistas extranjeros y locales, inversiones necesarias para el desarrollo del país.
Ante estos hechos tal parece que el presidente en turno dice,
“La ley soy yo”