La carta de AMLO a Biden

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Luego de que el Colegio Electoral de Estados Unidos certificara el triunfo de Joseph Robinette Biden Jr. para ser cuadragésimo sexto presidente de los Estados Unidos el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador le envió una senda carta para felicitarlo. 

La derecha mexicana había explotado ante la negativa del tabasqueño de realizar este acto sin que estuviera resulta la elección de forma legal, y es que, en esta elección a todas luces atípica, un presidente en funciones acusaba de haber sido objeto de un fraude electoral. Lo que ha colocado en una crisis política al país vecino, que lejos de haber terminado, parece ser que tardará un tiempo en cerrar la herida. 

No sólo, hubo voces incluso dentro de la izquierda americana, que recriminaron la actuación mexicana, ya que desde su perspectiva le daban elementos de validez al reclamo de Donald Trump. La idea que se dibujó dentro de algunos sectores es que AMLO estaría cediendo ante las presiones de Trump, y que dadas las amenazas sufridas había una especie de sumisión. Más aún con el episodio protagonizado por Salvador Cienfuegos que habría sido una amenaza directa.

Pero hay que ser claros ante el momento que estamos viviendo que no es menor. Justamente cuando el Estado mexicano ha apostado por la consolidación de la Guardia Nacional y esta apenas está fortaleciéndose resultado muy delicado la intromisión de agentes extranjeros para subordinar la actuación de las fuerzas de seguridad nacional.

Si el criterio en el combate al crimen organizado y otras amenazas proviene de la falta de confianza dentro de la relación binacional, existe la posibilidad, que la intromisión violenten la soberanía nacional. Esto sienta un mal precedente, sobre todo cuando la crisis migratoria está desbordando las fronteras tanto de Estados Unidos como de México. 

Para nadie es un secreto que a partir de la crisis sanitaria del COVID-19 y luego de los destrozos provocados por los huracanes Eta e Iota en Centroamérica se está acelerando la huida hacía Estados Unidos. No es casual que la política migratoria iniciada por Obama se haya radicalizado por Trump y que hoy 28 mil niños han sido separados de sus padres derivado de la política de “tolerancia cero”. En este escenario la cooperación es un tema esencial en la agenda regional. 

López Obrador sabe que hay una necesidad por parte de ambas naciones para resolver este problema. La iniciativa COVAX va encaminada en ese sentido. Si en México y en Estados Unidos la pandemia se ha vuelto un problema central, por un lado, porque la economía informal no puede seguir aguantando parar como se hizo en un inicio lo que ha detonado el aumento de los casos, y por el otro tenemos que Estados Unidos se rezagó en su recuperación ante el crecimiento de China con todo y que el epicentro de este desastre se dio en Wuhan. Está claro que Centroamérica vive un escenario que hasta ahora desconocemos, pero que puede encaminarse a convertirse en una bomba de tiempo, con posibilidades de estallidos sociales. 

El Congreso de la Unión en México determinó regular la actuación de agentes extranjeros en territorio nacional. En el debate nacional se puso sobre la mesa la intromisión y la violación de decisiones soberanas. Además, se recordó el papel que jugó Díaz Ordaz como agente de la CIA, que fue identificado con el nombre clave de LITEMPO-2, y que muchos analistas han coincidido en el respaldo que se le dio después de haber realizado la matanza del 2 de octubre en Tlatelolco. 

Las preocupaciones vertidas por legisladores y que se expresaron en tribuna mostraron que la capacidad de los agentes extranjeros por intervenir en gobierno municipales, estatales sin avisar a las fuerzas federales eran una práctica que ya se había establecido. Esto vulnera seriamente el pacto federal y permite una intervención en decisiones soberanas. 

Peor aún, las agencias extranjeras que han tenido un monitoreo no pararon, ya sea por omisión o comisión las relaciones del narcotráfico con la clase política y empresarial. No es todo, el dinero producido por el narcotráfico no sólo ha llegado a parar a las manos del capitalismo necropolítico mexicano, más bien, estos tienen sus pares dentro de las fronteras de Estados Unidos.

Es por ello por lo que el presidente López Obrador puso las guías que deben avanzar en la consolidación de la cooperación entre ambos países. En primer lugar, el respeto a la autodeterminación de los pueblos, pero siendo incisivo en la no intervención de los asuntos internos. 

Lo que sigue es avanzar en la cooperación, y esto pasa por entender que la hegemonía norteamericana no es la misma que en el siglo XX, y que México es un aliado estratégico por muchas razones, sobre todo por su ubicación geográfica y su impacto económico. 

Ambos presidentes enfrentan una crisis inédita, que debe ser resulta para garantizar en un lado de la frontera gobernabilidad y en el otro la capacidad para reconstruir su gran industria nacional. El proyecto político de la cuarta transformación parece ser, tiene claridad en que hay una necesidad histórica y justo en esa ventana consolidar una vuelta a la recuperación de la soberanía nacional que había retrocedido con el neoliberalismo. 

Es importante que los movimientos progresistas de ambos lados de la frontera entiendan el momento, es hora de actuar en medio de muchas contradicciones, no hay recetas diplomáticas para ello. 

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