Kershaw alcanza los 3,000 ponches y refuerza su camino hacia el Salón de la Fama
Clayton Kershaw alcanzó una de las marcas más respetadas para un lanzador en las Grandes Ligas: los 3,000 ponches. Lo hizo el miércoles por la noche, en el Dodger Stadium, durante su apertura contra los Chicago White Sox, ponchando a Vinny Capra con su último lanzamiento del juego, el número 100.
La cifra lo coloca como el vigésimo lanzador en la historia de las Mayores en alcanzar ese registro y el tercero entre los jugadores activos, junto a Max Scherzer y Justin Verlander. Kershaw, de 37 años, lo consigue después de 18 temporadas en las que ha mostrado consistencia, control y una notable capacidad de adaptación a lo largo del tiempo.
Desde su debut en 2008, también en el Dodger Stadium, Kershaw ha construido una carrera que lo coloca como uno de los lanzadores más sólidos de su generación. No sólo por la cifra redonda alcanzada esta semana, sino por la forma en la que ha mantenido un nivel competitivo durante casi dos décadas. Es, además, el pitcher con la efectividad más baja (2.51) entre todos los miembros del club de los 3,000 ponches desde que se oficializó la estadística de carreras limpias en 1913.
En total, su hoja de vida en las mayores incluye 216 victorias, 25 juegos completos, 15 blanqueadas y un promedio de 9.7 ponches cada nueve entradas, en 440 apariciones. Ha sido convocado a diez Juegos de Estrellas, ha ganado tres premios Cy Young, un premio al Jugador Más Valioso y dos títulos de Serie Mundial, en 2020 y 2024.
A diferencia de otros grandes ponchadores de la historia como Nolan Ryan, Randy Johnson o Roger Clemens, el valor de Kershaw ha estado más ligado a la eficiencia que a la potencia bruta. Su dominio no ha dependido únicamente de la velocidad, sino del control de sus pitcheos y del manejo estratégico de los turnos al bate.
Aunque su lugar en Cooperstown parece asegurado, el hito de los 3,000 ponches refuerza su candidatura y lo consolida entre los lanzadores más influyentes del siglo XXI. Es también un logro cada vez más escaso, en una era donde los equipos han optado por reducir la carga de trabajo de los abridores, lo que ha dificultado que nuevos nombres se acerquen a esa cifra.
Chris Sale, Gerrit Cole, Yu Darvish y Charlie Morton son algunos de los lanzadores activos que más se aproximan, aunque todos enfrentan limitantes por edad, lesiones o rendimiento reciente. Más lejos, jóvenes como Paul Skenes podrían tener el potencial a largo plazo, pero la exigencia de mantener un ritmo de ponches alto durante más de 15 años es un reto al alcance de muy pocos.
Kershaw, por su parte, no ha anunciado aún planes de retiro. Continúa sumando aperturas con la camiseta de los Dodgers, equipo al que ha pertenecido desde el inicio de su carrera. Su longevidad, su capacidad de adaptación y su historial lo colocan ya en el terreno de los grandes. Con o sin nuevas marcas, su legado está asegurado.
AT
