Activista LGBTQ+ Kenya Cuevas recibe anillo de matrimonio en Playa Los Muertos
La activista transgénero Kenya Cuevas recibió un anillo de matrimonio de su pareja en el emblemático muelle de Playa Los Muertos, un lugar que se ha convertido en un símbolo de la comunidad LGBTQ+ en Puerto Vallarta. La ceremonia tuvo lugar en la zona romántica, corazón de este destino turístico y centro de encuentro para miles de personas de la comunidad.
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Imágenes de la Revista Íconos de Veracruz muestra a la pareja Kenya de rodillas sobre el muelle Los Muertos mientras le pone el anillo de compromiso en su mano izquierda. Otra foto muestra a ambos posando el anillo para las cámaras, mientras sonríen.
¿Quién es Kenya Cuevas, activista LGBT?
A sus 41 años, Kenya Cuevas ha logrado posicionarse como una de las voces más importantes en defensa de los derechos humanos, especialmente en lo que respecta a las mujeres trans, trabajadoras sexuales, migrantes y personas en situación de calle.
Fundadora y presidenta de la organización Casa de las Muñecas Tiresias, Cuevas ha dedicado su vida a la creación de casas-hogar en diversas partes del país, donde se brindan refugio y apoyo a los sectores más vulnerables de la población.
Una de sus hazañas más conmovedoras ha sido la recuperación de 69 cuerpos sin identificar de la comunidad LGBTTTIQ, víctimas de crímenes de odio o que murieron en situación de calle.
Esta labor, realizada en coordinación con el Instituto de Ciencias Forenses (Incifo) de la Ciudad de México, ha sido clave para devolverles dignidad a aquellos que fueron olvidados por la sociedad.
El proceso de identificación y la posterior entrega a sus familias se ha dado a lo largo de 8 años, un periodo que comenzó tras el asesinato de su amiga Paola Buenrostro en septiembre de 2018, crimen que marcó un antes y un después en la vida de Cuevas.
Kenya relató a Excélsior que la labor de recuperación de cadáveres se ha dado en condiciones adversas, pero siempre con la determinación de hacer justicia a quienes murieron sin ser reconocidos.
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“Fue un trabajo complicado, pero importante. Cada cuerpo que identificamos y entregamos a sus seres queridos tiene un valor enorme, porque representa el reconocimiento de la vida de estas personas que, por mucho tiempo, fueron invisibles”, compartió la activista.
El último cuerpo que recuperó fue el de su amiga Paloma, quien, al igual que Paola, era trabajadora sexual. Este gesto simbólico, unido a su reciente compromiso, refleja la constante lucha de Cuevas por un mundo más justo y por el amor, en todas sus formas.