Kamala Harris, los desafíos del poder

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Kamala Harris marcó un precedente en la historia de Estados Unidos al asumir, el 20 de enero de 2021, la vicepresidencia de uno de los países más poderosos del mundo, y convertirse en la primera mujer y primera persona negra en tomar el cargo como segunda de abordo de la Casa Blanca. 

A casi un año de su mandato, la popularidad y los rumores, alrededor de la vicepresidenta, empiezan a mermar las estadísticas y los datos de popularidad. Apenas hace 5 días, Symone Sanders, la portavoz y asesora de Kamala Harris, anunció que dejaba su cargo. El miércoles pasado, a través de una carta publicada para el medio de CNN, agradece a su jefa y colegas:

“Estoy muy agradecida con la vicepresidenta por su voto de confianza desde el principio y por la oportunidad de ver lo que puede ser sin el peso de lo que ha sido”, decía la carta. “También estoy agradecida con Tina, su liderazgo y su confianza. Cada día llegaba al complejo de la Casa Blanca sabiendo que nuestro trabajo marcaba una diferencia tangible para los estadounidenses. Estoy inmensamente agradecida y echaré de menos trabajar para ella y con todos ustedes”.

La salida de Sanders despierta comentarios sobre tensiones y malos tratos en el equipo de Kamala: Symone es la segunda persona de comunicación de Harris que anuncia su renuncia en menos de un año; la primera fue Ashley Etienne, directora de comunicación, quien declaró que se retiraba porque buscaba “otras oportunidades”.

El currículum de Sanders es sorprendente. Ha recibido elogios por parte de la oficina de Joe Biden, con quien colaboró en los momentos más duros de la pandemia. Se incorporó en 2020 desde la campaña presidencial y trabajó como asesora principal.

 

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Después se incorporó a la vicepresidencia con Kamala Harris. Hoy, después de 3 años intensos de trabajo, anuncia su separación de La Casa Blanca. Se va, pero asegura que su partida no se debe a ninguna disfunción o tensión al interior del equipo de Harris, sino que está lista para un descanso, después de tres años de presión implacable.

A su salida se le suma una nota publicada por The Washington Post, en el que incluye testimonios anónimos de ex empleados de Kamala Harrris, que argumentan lo difícil que es trabajar para ella, y a veces degradante, debido a la presión que ejerce sobre sus empleados.

A las fuertes críticas sobre la gestión de la vicepresidenta, se suman, también, posturas que afirman que los duros señalamientos se basan en el racismo y en el sexismo, pues si fuera un hombre señalado por ser duro con sus empleados, seguro le darían un programa de televisión como The Apprentice, conducido por Donald Trump, donde la mecánica se basa en competir por un contrato en las empresas de Trump.

Aunque el machismo no es el único reto a superar, sí es una de las principales causas de la impopularidad de la vicepresidenta, ya que el descontento respecto a su desempeño proviene, en su mayoría, de hombres.

Uno de los ataques más comentados fue el de Grant Stinchfield, el presentador de Newsmax, que publicó videos de Kamala riéndose. La comparó con “las brujas malvadas del oeste”, sumando comentarios acerca de sus exparejas y líos amorosos, que no tiene nada que ver con su desempeño en la gestión gubernamental.

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