Julio César Chávez y su historia en el Estadio Azteca

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Julio César Chávez consagró su leyenda en el boxeo profesional, cuando un 20 de febrero de 1993 rompió récord de asistencia y juntó a 132 mil personas en un Estadio Azteca que estaba listo para presenciar su enfrentamiento ante Greg Haugen

Con un recinto estruendoso e imponente, se comprobó que el carisma y la calidad del pugilista mexicano era una histórica realidad, por lo que ahora solo quedaba confiar en él para que venciera al estadounidense, quien previó a la pelea hizo declaraciones que calentaron a más de uno. 

Vistiendo un pantaloncillo azul, Julio César Chávez tardó poco más de 12 minutos en su caminata hacia el ring, en la cual la emoción de la gente y la afluencia de la misma le impedían el paso e incluso, lo hicieron perder de vista a sus hijos. 

Al sonar la campana, el Coloso de Santa Úrsula fue testigo del coraje y técnica del mexicano, quien durante todos los asaltos fue ampliamente superior a Haugen, pues el estadounidense jamás logró descifrar la estrategia de Chávez.

Tras tocar la lona en tres ocasiones, Haugen no veía el final de la golpiza propinada por el boxeador azteca, por lo que en el quinto round el referí decidió terminar la contienda. 

A 30 años de ese momento, aún no existe otra función de box que pueda convocar a tantas personas en un inmueble y este sigue siendo un hito histórico en la leyenda escrita con letras de oro de Julio César Chávez.