Dirige el combate al huachicol fiscal, pero lo acusan de hacerlo

Alex Márquez, encargado de frenar la evasión en importaciones, enfrenta señalamientos por autorizar operaciones ilegales y ocultar su patrimonio
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El nombramiento de Alex Tonatiuh Márquez Hernández como director general de Investigación Aduanera en la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) ha generado una fuerte ola de críticas entre empresarios y especialistas en comercio exterior.

La razón: el propio funcionario está siendo investigado por su presunto vínculo con una red de importaciones ilegales de vehículos de lujo desde Estados Unidos, bajo esquemas de subvaluación para pagar mínimos impuestos.

La administración del presidente de la ANAM, Rafael Marín Mollinedo, lo designó en febrero de 2025 como responsable de combatir el llamado huachicol fiscal, es decir, la evasión tributaria en importaciones por medio de facturas alteradas y simulaciones comerciales.

No obstante, testimonios y reportajes revelan que Márquez habría avalado operaciones exactamente bajo ese modelo fraudulento.

Un caso documentado es el de un Jeep Wrangler Unlimited Moab, cuyo valor real en el mercado mexicano ronda entre 600 mil y 900 mil pesos.

Bajo su autorización, el vehículo fue registrado en la Aduana de Tijuana por apenas 207 mil pesos, lo que redujo el impuesto a menos de 3 mil pesos. La maniobra se respaldó mediante el uso de un amparo judicial, y según agentes aduanales, Márquez dio la orden expresa de no detener el vehículo porque “ya estaba pagado”.

Empresarios han denunciado que este tipo de prácticas, lejos de ser combatidas, son toleradas o incluso protegidas desde dentro de la ANAM.

Esto genera un entorno de competencia desleal e inseguridad jurídica, especialmente en el sector automotriz de importación.

Pero las sospechas sobre Márquez no terminan ahí. Investigaciones periodísticas revelaron que posee una colección de relojes de lujo valuada en más de 7.7 millones de pesos.

Uno de ellos, un modelo exclusivo comprado en efectivo por más de 3.7 millones, fue adquirido entre 2012 y 2017, periodo en el que Márquez ocupaba cargos públicos con sueldos modestos en la Ciudad de México.

La incongruencia entre sus ingresos y su patrimonio ha sido motivo de una investigación abierta, aunque hasta ahora no ha rendido cuentas públicamente.

También existen quejas internas en la ANAM por presuntas ventas de plazas dentro de la institución a cambio de sobornos.

Algunos empleados aseguran que Márquez condicionaba nombramientos a pagos en efectivo y que quienes se negaban eran removidos o ignorados en el escalafón interno.

En lugar de encabezar una depuración, Alex Márquez ha quedado envuelto en el tipo de irregularidades que debería sancionar.

Su permanencia al frente de una dirección clave para frenar la evasión fiscal mina la credibilidad del combate al contrabando técnico y plantea dudas sobre el compromiso real del gobierno con la limpieza de las aduanas.

A pesar de la gravedad de las acusaciones, hasta ahora ninguna autoridad ha anunciado su remoción. Mientras tanto, el funcionario sigue operando desde uno de los cargos más estratégicos en la estructura de vigilancia fiscal del país.

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EtiquetasCorrupción
Hugo Lynn