Inteligencia artificial en la hospitalidad
La transformación digital es uno de los retos de la actualidad al que se enfrentan las industrias, y de manera significativa las empresas turísticas.
La llegada del internet y diferentes herramientas informáticas han abierto un nuevo horizonte para los servicios relacionados con el turismo. Los servicios y productos digitales son esenciales para todas las empresas, independientemente de su tamaño. Su influencia ha sido tan importante que la mayoría de los consumidores en el sector turístico los están utilizando como la principal herramienta para planificar sus viajes.
La transformación digital es uno de los retos de la actualidad al que se enfrentan las industrias, y de manera significativa las empresas turísticas. La forma en la que los turistas se informan y organizan sus viajes ha ido cambiando debido a la introducción de nuevas tendencias (Big Data, Cloud, E-mobile, Internet de las Cosas y las redes sociales) y facilitadas por la penetración de los dispositivos tecnológicos (smartphones, tablets, pulseras wereables, paneles táctiles).
La inteligencia artificial es un concepto que lleva mucho tiempo sonando en el entorno turístico y, concretamente, en el hotelero. Muchos hoteles ya han implantado sistemas de inteligencia artificial para coordinar mejor sus hoteles. Los chatbots forman parte de esta tendencia tecnológica y son un elemento de gran utilidad para los huéspedes que tienen lo que podríamos llamar “dudas básicas”. La inteligencia artificial abarca nuestras vidas diarias sin que nos demos cuenta de que lo hace. El hecho de que Google pueda predecir cuál será nuestra búsqueda antes de que hayamos terminado de escribir es sólo un ejemplo de cómo funciona este tipo de tecnología. La inteligencia artificial no es el futuro; ya está aquí y está ahora.
Es cierto que la tecnología está en constante evolución y con la llegada de Internet todo se revolucionó a gran velocidad, además la pandemia recortó el periodo de incubación para reducirlo de diez años a solo uno. Es esencial estar al tanto de las últimas novedades del sector, tanto si hablamos de inteligencia artificial como de realidad virtual o de los nuevos productos que hay en el mercado disponibles.
Estamos viendo distintas tendencias en el sector que obligan a los hoteleros a replantearse su estrategia para atraer a nuevos huéspedes. Estudiando continuamente el mercado; es lo que permite ir un paso adelante y seguir siendo competitivos en un sector muy saturado y en constante cambio, cada vez más complejo.
Muchas cadenas hoteleras ya han creado nuevos estilos de hoteles, conceptos innovadores que consiguen que el viajero no sólo acuda al hotel para dormir sino para tener una experiencia única y personalizada del viaje. Para conseguir este tipo de personalización es necesaria la tecnología que permite que no sólo el hotelero tenga un sistema de management fácil, rápido y eficaz, sino que además ayuda a los administradores a evaluar a su competencia para poder ofrecer los mejores servicios a sus huéspedes.
El hecho de que cada vez más los jóvenes busquen nuevas experiencias y vivir el país como auténticos locales, promociona a los hoteles más pequeños que ofrecen un trato personalizado y más cercano al huésped. Airbnb es una plataforma ideal para este tipo de alojamientos, ya que muchos jóvenes eligen una estancia más económica en hoteles que dan la oportunidad de viajar de forma diferente y de conocer la cultura desde otro punto de vista. Creo que los hoteles boutique y los Bed & Breakfast que quieren introducir sus propiedades en la plataforma de Airbnb pueden llegar más fácilmente a este tipo de turistas y, por ese motivo, se puede ofrecer a cada alojamiento la mejor oportunidad de ser más visibles en los canales de comercialización y de venta donde se encuentran sus huéspedes y consumidores.
La oportunidad está en implementar la tecnología acorde a las necesidades del cliente, ya que la cantidad económica de la inversión no es menor y afecta la razón financiera de la rentabilidad de los activos. Es decir, hacer pruebas conlleva gastar dinero que, en lugar de ir a los bolsillos de los accionistas, se destinan a validar herramientas tecnológicas que satisfagan las pretensiones de los clientes. Si funciona la prueba, es inversión; de lo contrario, es costo hundido. El reto es que no hay bolsillo que soporte la velocidad de la innovación tecnológica. Fijar un límite es un arte que el director general debe evaluar según el proyecto. A su vez, no podemos dejar de lado la privacidad en la obtención y manejo de los datos, que, en caso de un mal uso, ocasionaría un riesgo legal a la empresa.