Indígenas y PCD, los más afectados por el rezago educativo 

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Con el cierre de escuelas por el confinamiento necesario debido a la pandemia, los miembros de las comunidades originarias tuvieron que idear estrategias para que los estudiantes no se quedaran sin educación.

En su primera versión, el programa Aprende en Casa dejó fuera a muchas comunidades originarias.

Al inicio del ciclo escolar 2020-2021, la estrategia del programa se fortaleció pero al estar solo disponible en canales de gobierno y televisión de paga, dejaron fuera a los estudiantes de comunidades marginadas nuevamente.

Enrique Cetina, docente de educación indígena dijo:

“La Secretaría (de Educación) estatal solamente ofreció unas cuantas actividades de manera general en lengua maya a nivel nacional, pero no hubo algún proyecto que estuviera dirigido a la población infantil y juvenil mayahablante de las escuelas de gobierno. El Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) proporcionó cuadernillos en lengua maya y programas de radio para sus escuelas, pero las escuelas del sistema federal y estatal no tuvieron acceso a ellos ya que no hubo coordinación y no se ofrecieron esos materiales”.

 

La extraordinaria labor de los docentes

Los docentes rompieron protocolos de sanidad con la implementación de visitas mensuales, quincenales y hasta semanales a las comunidades y escuelas, donde llevaban las actividades de aprendizaje con tareas para realizar en casa adaptadas, contextualizadas y prioritarias escritas en dialectos o en español, según fuera el caso; se reunían con padres o tutores, y les explicaban las actividades.

“Esa decisión que tomaron maestras y maestros no fue fácil, ya que implicó correr un riesgo de contagio en los viajes de sus hogares a las comunidades, pudieron haber llevado las enfermedades a los pueblos que aún no sufrían contagios. Por otra parte, en la mayoría de los casos los tutores difícilmente podían apoyar en los aprendizajes, ya que muchos son analfabetas y no cuentan con elementos o conocimientos para apoyar a sus hijas e hijos”, agrega Cetina.

Por supuesto, las visitas implicaron un gasto económico para los docentes, tanto en la planificación como en el diseño de los materiales de trabajo.

“Lo claro es que la SEP no pensó en estos niños, niñas y jóvenes, y las condiciones reales de su contexto, no se atendieron por la SEP ni por los gobiernos estatales estas necesidades específicas”, Enrique Cetina.

De 10 mil 257 programas que se transmitieron, únicamente 120 contenían materiales multilingües en la web y solo 775 contaron con intérpretes de Lengua de Señas Mexicanas (LSM).

 

Las pruebas del rezago educativo

La organización Mexicanos Primero realizó un estudio de campo que llamó “Equidad y regreso a clases’ con la finalidad de conocer los efectos en el aprendizaje después de la suspensión de clases a causa de la pandemia.

Los resultados son alarmantes.

Con respecto a la comprensión de lectura: 5 de cada 10 estudiantes entre 10 y 15 años no entienden un texto de cuarto de primaria.

Karla Carranza, investigadora de Mexicanos Primero, dijo:

“Es muy preocupante que el 49.3 % de los jóvenes de 15 años no hayan respondido de manera correcta, pues se trata de contenidos que revisaron en cinco años escolares previos y que se supone que han estado reforzando de manera continua, lo que muestra un rezago en su aprendizaje”.

El problema se agudiza en niños y jóvenes con discapacidad: 7 de cada 10 no comprendieron el texto.

En matemáticas la situación empeora: menos de 1 de cada 10 estudiantes de primaria y secundaria pudieron resolver operaciones con fracciones; 7 de cada 10 estudiantes con discapacidad no pudo realizar una resta.

“Estas brechas se siguen ampliando, 6 de cada 10 de niños, niñas y adolescentes que presentan discapacidad visual-auditiva y que además no tuvieron comunicación con sus maestros durante la pandemia, no pudieron comprender un texto de tercero de primaria. Por lo que el apoyo de los maestros se vuelve fundamental”, subrayó Carranza.