INAH confirma huellas de dinosaurios de 120 millones de años en la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán en Puebla

Los rastros pertenecen al Cretácico Inferior y corresponden a distintas especies de dinosaurios
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El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmó el hallazgo de huellas de dinosaurios con una antigüedad aproximada de 120 millones de años en localidades de Tehuacán y Atexcal, ubicadas dentro de la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán. El registro fue realizado por especialistas del área de Paleontología del Centro INAH Puebla, tras atender reportes de habitantes de la zona.

Las inspecciones se llevaron a cabo en Santa Ana Teloxtoc, en el municipio de Tehuacán, así como en Santa Catarina Tehuixtla y San Lucas Teteletitlán, pertenecientes a Atexcal. En cada una de estas localidades se documentaron entre cinco y veinte huellas, localizadas en laderas de ríos y barrancas, formando trayectos continuos que alcanzan hasta 300 metros.

De acuerdo con el comunicado oficial, las huellas corresponden al Cretácico Inferior, periodo en el que estas impresiones quedaron marcadas sobre superficies fangosas que posteriormente se fosilizaron dentro de rocas sedimentarias. Los especialistas identificaron rastros atribuidos a Iguanodontidae, dinosaurios herbívoros ampliamente distribuidos en esa época, así como huellas correspondientes a saurópodos y pequeños terópodos.

El equipo de paleontólogos también detectó indicios que podrían corresponder a terópodos de gran tamaño, posiblemente de la familia Allosauridae, además de marcas que podrían estar vinculadas a pterosaurios. No obstante, el INAH aclaró que estos casos requieren estudios adicionales para confirmar su clasificación, debido al estado de conservación y la dispersión de los rastros.

La institución enfatizó que la cercanía de los sitios no implica que todas las especies hayan coexistido en el mismo momento, aunque sí pertenecen al mismo periodo geológico.

Durante los recorridos, los especialistas también encontraron capas ricas en moluscos, como turritelas, caracoles y trigonias, además de madera fosilizada, evidencias que respaldan la hipótesis de que gran parte del sur de Puebla formó parte de un ambiente marino poco profundo durante el Cretácico Inferior.

El INAH informó que mantiene coordinación con las comunidades locales donde se registraron los hallazgos, con el fin de garantizar la protección de este patrimonio paleontológico, ya que varios puntos se ubican en zonas de uso cotidiano.

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Eréndira Rangel