Hugo Sánchez, un delantero de época
Los 80s es para algunos la mejor época del fútbol, la era del balompié más clásico y mágico jamás visto. Se trató de una década capaz de tener a tantos fenómenos e ídolos mundiales que no alcanzarían los dedos de todo el cuerpo para nombrarlos. Platini, Maradona, Zico, Gullit, Van Basten, Butragueño, Rummenigge, Mágico Gónzalez, etc. Grandes exponentes del fútbol mundial e histórico. Y entre ellos hubo un mexicano capaz de escribir su nombre en letras grandes.
Jugando para el Real Madrid, logrando ser pentapichichi de la liga de España y siendo uno de los mejores goleadores de la historia, ese fue Hugo Sánchez.
Hablar de Hugo en México es difícil, hay muchas voces y opiniones mixtas. Prejuicios establecidos por declaraciones poco pensadas, la necesidad de ser relevante y el malinchismo, son los puntos negativos que rodean al delantero mexicano. Por otra parte, están sus extraordinarios números, su habilidad para marcar desde cualquier punto y su fuerte carácter que le permitió triunfar en una época donde el racismo hacia los latinos, era una realidad diez veces más dura. La historia de Hugo la conocemos muchos amantes del Real Madrid, latinos y conocedores de este deporte. Su nombre está escrito en grande, dentro de la historia del fútbol. Aunque injustamente olvidado por muchos.
Hace poco, una página de habla inglesa muy reconocida en Twitter, lanzó un debate al aire “¿Cuáles son los mejores centrodelanteros de la historia?”. Rápidamente me adentré a la sección de comentarios. Muchos pusieron terna más famosa. Nazario, Van Basten y Romario. Algunos se acordaron de Eusebio, Telmo Zarra o Gerd Muller, muchos otros metieron jugadores que no cumplían en su totalidad aquel puesto, como Cristiano Ronaldo Y Ferenc Puskas. Los jóvenes reclamaban puestos para los delanteros contemporáneos; Lewandowski, Suárez y Benzema. Pero ni uno solo recordó al artillero mexicano.
Confuso, repase el libro de la historia del fútbol, a ver si de casualidad, había sido manipulado por los medios de habla hispana y sobrevalorado a un jugador que destacó más como ídolo latino que como un real jugador. Sin embargo, puedo decirlo con total seguridad, que no estaba equivocado.
Como siempre, cuando hablamos del fútbol nos referimos a él como arte y de él, encontramos a la subjetividad. Lo que para alguien puede ser un gran lingote de oro, para mí podría ser una barra de mantequilla sin sal. Es aquí donde entra la importancia de los números y el contexto histórico, ya que nos ayudan a determinar y dimensionar de mejor forma el rendimiento de un deportista. No es lo mismo ganar una copa de Europa con el Real Madrid, teniendo un papel suplente, a perder la final con un modesto equipo, siendo la figura.
Hugo Sánchez, nacido en la Ciudad de México, inició su carrera en los Pumas de la Universidad Autónoma de Chiapas. Siendo al día de hoy, su máxima perla de las fuerzas básicas. A través de los pies de Hugo, los universitarios verían obtenidas sus primeras dos ligas domésticas (76-77,80-81), una Copa de Campeones de la Concacaf y una Interamericana, terminando con 104 goles en sólo cinco temporadas. El “niño de oro” tuvo una oportunidad de triunfar en Europa y no dudó en cogerla.
El Atlético de Madrid le abrió las puertas al fútbol de élite. México en aquel momento no contaba con ningún jugador en el viejo continente, por lo que eso, más el hecho de haberse ido como campeón e ídolo, dirigió la mirada de los mexicanos a Europa. No importaba quién eras, si tenías radio, televisión o leías el periódico. Todos sabían que un tal Hugo Sánchez jugaba en España.
Unos años más tarde vería frutos con el equipo colchonero, ganando una Copa del Rey, donde sería el protagonista de la final, marcando un doblete sobre el Athletic en 1985, además de obtener su primer pichihi, lo que hizo aparecer su nombre en el mercado veraniego y dónde el gigante de España estaba al acecho.
En un intento de eliminar a la estrella del rival, el Real Madrid arribó su fichaje. La llegada de “Hugol”, coincidió con la camada española de “La Quinta del Buitre”. Un equipo fresco y joven de canteranos que maravillaron a España con un fútbol envidiable. Manejaban la pelota como chicos en el patio y ganaban. Por lo que el buen juego, fue factor para elevar su promedio y ocasiones de gol del mexicano. Logrando en su primera temporada obtener su segundo pichichi, además de campeonar en la liga. Su paso en Europa fue polémico, era un guerrero en toda la descripción de la palabra. Peleaba a menudo con jugadores y árbitros, ganándose el corazón de pocos madridistas y el desprecio de otros españoles conservadores, debido a su origen latino. Sin embargo, creo que el punto más representativo de su carrera, fue en 1988 donde por un extraordinario gol de chilena, se llevó la ovación del mítico estadio Santiago Bernabeú. La hinchada agitó sus pañuelos blancos, en señal de reconocimiento, acción que hoy se guarda más para el canto del mítico “minuto 7” en el estadio, en dedicatoria para el futbolista Juanito.
Hugo alzó la bandera de México (de forma representativa), anunciándole a todo el mundo que en México se jugaba fútbol y que un mexicano podía triunfar en España. Su paso en el Madrid fue todo un éxito, terminando tres veces más como pichichi de liga. Siendo un total de cinco premios al máximo goleador de la liga, cuatro de forma seguida. Poniéndolo por encima de grandes goleadores como Puskas, Cristiano Ronaldo, Mario Kempes, Raúl González y Luis Suárez. Aunque la Copa de Europa se le negó, llegó a tres semifinales, donde no pudo superar al Bayern Múnich, Milán y PSV. Siendo los dos primeros, unos equipos monstruosos.
Su mayor logro individual, fue sin duda la obtención de la Bota de Oro en 1989, con 38 goles. Cifra que comparte con Telmo Zarra y que solo superan Luis Suarez y los dos extraterrestres Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. Terminó su etapa en el Madrid, ganando una Copa de la UEFA, tres Supercopas de España, tres Copa del Rey, y disputando 240 partidos de liga, marcando 164 goles. Terminando con 208 goles para el club.
Regresó a México en 1992 y aunque volvió un año después a España, no volvió a destacar de igual forma. Retirándose en la temporada 98/99, con el equipo mexicano de Celaya.
Entonces, conociendo su historia, ¿por qué no es mencionado como muchos otros? ¿Es que acaso la falta de un título importante como la Copa de Europa o el Mundial de fútbol, le apartan de este olimpo de goleadores? La respuesta podría ser que sí, un gran jugador debe ir acompañado de los títulos. Un campeonato no definirá la calidad de un jugador, ni si fue leyenda o no pero sin duda hablará de su importancia en la historia del club. Tal vez, si aquella chilena en la vuelta vs PSV en 1988 hubiera entrado, otra cosa estaríamos cantando. Y es que aquel año nadie esperaba que el mejor equipo del mundo, capaz de eliminar al Napoli de Maradona, al vigente campeón, Oporto y al gran favorito, Bayern Munich, fuese a perder contra el PSV en un partido donde el arquero Hans van Breukelen sacó absolutamente todo.
Hugo es la definición de goleador, un delantero oportuno como muy pocos, con una habilidad para encontrar la pelota inigualable. La garra y entrega, cubrían su mediana habilidad de creación. Sin ser el más técnico era capaz de colgar balones en las escuadras desde veinte metros, el punto penal o flotando a un metro del suelo. Prueba de ello son sus 38 goles en 38 toques. Las metía de donde fuesen y como quería.
Creo fielmente que Hugo jamás será valorado de la misma forma que Van Basten, Ronaldo y Romario pero me parece que en el debate con Eusebio y Gerd Muller, estaría muy presente si fuera europeo, argentino o brasileño. Pero me gustaría recalcar que a Hugo no le falta nada por competir en un top con estas bestias. El tiempo le ha traído factura, el malinchismo de su país ha sido parte de ello, el gran ego característico del mexicano le trajo consecuencias ahora en su etapa como comentarista. Pero nada de eso, debe afectar la objetividad de los números. Y estos dicen que fue el mejor delantero de su época y uno de los mejores centro delanteros de todos los tiempos.