Los héroes no siempre llevan capa; Sergio Yerena salvó vidas

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Los héroes no siempre llevan capa, súper trajes o tienen súper poderes, a veces son personas como tú y como yo, pero con un corazón tan grande, que aún en los últimos minutos de vida hacen lo que sea con tal de ayudar.

Sergio Antonio Yerena Tapia, mejor conocido por sus amigos como ‘Popeye’, es el ejemplo perfecto de la descripción antes dada. Oriundo de Puerto Vallarta, Popeye será recordado por siempre debido a su último noble gesto.

CPS Noticias platicó con Dulce, su esposa, para conocer cómo era él, cuáles eran sus cualidades y cómo es que permitieron que una tragedia, se convirtiera en la esperanza de muchas personas.

“Yo lo conocí hace 6 años en un baile, iban otras dos muchachas y ese día una de ellas me dice ‘oiga, y su esposo’, pero yo lo acababa de conocer y de ahí quedó que yo era su esposa, a los meses él me buscó porque yo tuve un problema de una operación y desde ahí me empezó a invitar a salir”, narra Dulce.

Sergio Antonio

Contó que Sergio era un hombre responsable, que tuvo una infancia complicada pero que había reconducido su camino, al grado de que era irreconocible para muchas personas.

“Tenía un carácter fuerte por su niñez, fue maltratado, su mamá murió cuando él tenía 15 años, murió de cáncer en el riñón y yo creo que eso lo motivó a que él pudiera donar, porque cuando él quiso donar era menor de edad y no lo dejaron”.

Dulce dijo en varias ocasiones que Sergio había platicado con ella, con sus papás, sobre sus intenciones de donar sus órganos en caso de que algo pudiera ocurrirle. No sabemos si fue el destino, pero Sergio lo tenía claro.

“Él sufrió un aneurisma, es un tumor en la cabeza por un golpe que le dieron hace años, tenía estrés y fue como el detonante, el estrés y pues simplemente nomas así se desvaneció, él estaba haciendo ejercicio y me dijeron los médicos que con la fuerza que hizo, fue lo que hizo que estallaran sus venas del cerebro”, dijo.

Dulce, junto con los hijos de Sergio y sus compañeros conductores de Fénix de la Bahía, hicieron lo posible por que se le atendiera, sin embargo, la mejor opción era enviarlo a Guadalajara, donde lamentablemente se le diagnosticó muerte cerebral.

Sergio Yerena y su esposa

A Popeye le salieron alas

Fueron días difíciles, hasta que ocurrió lo inevitable y es en ese momento, cuando a Popeye le salieron alas.

“Se acercó una doctora y me dijo que parte de su cuerpo (de Sergio) estaba en funcionamiento, pero ya no su cerebro, que había una asociación de donación y que si estábamos de acuerdo en que él donara. Yo le pregunté que si él ya no se iba a levantar estaba bien, porque él es lo que hubiera querido”, dijo.

En México, cuando una persona indica que quiere ser donadora de órganos, en caso de algún accidente, debe pasar por el filtro de la familia, que tomará la última decisión, por eso el caso de Sergio es especial, porque él lo tenía claro, quería ser donador, pero su familia respaldó ese deseo. Al final, Popeye pudo donar piel, huesos, córneas y riñones, que le darán esperanza a otras personas.

“Estoy orgullosa, me siento orgullosa de lo que él hizo, que hasta el final ayudó a las personas, que era lo que a él le gustaba”, dijo con voz quebrada Dulce.

Esposa de Sergio Antonio Yerena en entrevista

Todavía con el dolor de la pérdida, ella, su esposa, se siente aliviada de haber cumplido con el deseo de Sergio y aunque nunca vaya a conocer a las personas a las que ayudó con la donación, les desea que tengan mucha felicidad en esta segunda oportunidad que Popeye les dio.

Sergio Antonio Yerena Tapia, Popeye, un héroe vallartense que debe ser recordado por siempre.

Milton Colmenares