Función de cuatro pistas

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La fuerza de Morena se empieza a debilitar por sus acciones, como la polilla destruye en silencio la madera. No se manifiesta hasta que el daño es mayor e irreversible. Se ven todo tipo de manifestaciones de menor o mayor tamaño, reclamando acciones de los gobiernos, obviamente morenistas, en muchas zonas del país.

El último caso significativo en este tema fue la agresión a la Sheinbaum en un evento político en la delegación de Coyoacán, en la CDMX.

La corrieron literalmente a jitomatazos, saliendo, huyendo protegida por sus asistentes.

Este es un rechazo natural al gobierno de Morena en la CDMX, aunado a lo sucedido en las pasadas elecciones, en donde el partido mencionado perdió la mitad de las Alcaldías que les pertenecían.

Es una señal evidente del futuro de la CDMX y el fracaso de la Sheinbaum.

Todos estos brotes de descontento con el gobierno en turno deberían ser aprovechados por la oposición y promover el cambio en el 2024.

Sin embargo, no veo la fuerza ni organización para aprovechar estos descontentos francos y evidentes por fallas gubernamentales.

El tiempo no perdona y ya debería haber propuestas firmes de candidatos de oposición bien definidos y en acción, si se pretende sacar a Morena del poder.

Por el lado de Morena, en un corto tiempo, los candidatos de Morena “nominados” más el agregado Monreal, se empezarán a sacar los ojos, buscando sus apoyos laterales, equipos de trabajo y la necesaria colaboración de articulistas con patente de corzo, vendiéndose al mejor postor.

En pocas palabras, pronto regresaremos al circo, ahora con una “función de cuatro pistas”.