¡Falsos inspectores de Profepa! Así se robaron las 56 tortugas “Casquito de Vallarta”

Dos actos delictivos han sacudido las instalaciones del área de conservación de tortugas “Casquito de Vallarta”, ubicada en el Centro Universitario de la Costa (CUC).

Los hechos ocurrieron el pasado 9 de diciembre y la madrugada del lunes 13 de enero, cuando desconocidos identificados como inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) sustrajeron 56 tortugas de esta especie endémica de la región.

Ante esta situación, las autoridades universitarias informaron que ya se presentaron las denuncias correspondientes.

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En conferencia de prensa, el rector del CUC, Jorge Téllez López, calificó los hechos como graves delitos, “esto es equiparable a un robo de joyas, de joyas naturales”, que además de implicar allanamiento, afectan a una especie protegida bajo resguardo del centro universitario.

Estas tortugas, conocidas como “Casquito”, contaban con los permisos de colecta autorizados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).

El rector explicó que los responsables del robo en ambas ocasiones se hicieron pasar por inspectores de Profepa, ellos argumentaron la necesidad de llevarse a las tortugas para realizar supuestos trámites relacionados con la especie.

“Se trata de una operación organizada, con conocimiento de causa y precisión, que ya ha sido denunciada ante las autoridades competentes. Esto apunta a redes de delincuencia organizada a nivel mundial”, subrayó.

Sin embargo, Téllez López descartó que exista alguna participación desleal por parte de los trabajadores del CUC. En la conferencia, estuvo acompañado por el biólogo Armando Escobedo Galván, responsable del proyecto de conservación de las tortugas.

Escobedo Galván señaló que, desde 2019, investigadores adscritos al Departamento de Ciencias Biológicas del CUC han desarrollado proyectos centrados en la conservación del “Casquito”.

Sin embargo, lamentó que esta especie endémica enfrenta amenazas constantes debido a la expansión urbana, que presiona su hábitat natural.

“El interés por capturar estas tortugas para su venta, tanto a nivel nacional como internacional, agrava su situación. Aunque desconocemos el valor exacto de estos ejemplares en el mercado negro, sabemos que su comercialización ilegal es un problema creciente”, indicó el biólogo.

Por el momento, las denuncias han sido presentadas por los delitos de robo, allanamiento, fraude, abuso de confianza, y los que resulten. La carpeta de investigación correspondiente ya está en curso.

En respuesta al primer robo, el CUC reforzó las medidas de seguridad en sus instalaciones mediante la instalación de cámaras de videovigilancia. Además, se están llevando a cabo pláticas con la autoridad municipal para que la Policía Preventiva intensifique sus rondines de vigilancia en el campus y sus alrededores.

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