EU sanciona a familiares de la esposa de Maduro por presunta red de narcocorrupción

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Este viernes, el Gobierno de Estados Unidos anunció una nueva ofensiva financiera contra el entorno de Nicolás Maduro.
El objetivo principal es desarticular lo que Washington califica como una red de “narcocorrupción” que sirve de sustento al Ejecutivo venezolano.
La medida fue ejecutada a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC). Esta vez, la presión se centró en los vínculos familiares de Carlos Erik Malpica Flores, sobrino de la primera dama Cilia Flores, y en asociados del empresario panameño Ramón Carretero Napolitano.
Familiares bajo la lupa de Washington
La lista de sancionados incluye a los parientes directos de Malpica Flores, señalados por su participación en operaciones financieras con el Palacio de Miraflores. Entre los nombres figuran:
- Eloisa Flores de Malpica: madre de Carlos Erik y hermana de Cilia Flores.
- Carlos Evelio Malpica Torrealba: padre del exfuncionario.
- Iriamni Malpica Flores: hermana de Malpica Flores.
- Damaris del Carmen Hurtado Pérez: esposa del sancionado.
- Erica Patricia Malpica Hurtado: hija adulta de la pareja.
En total, son siete individuos los que ahora enfrentan cargos por su presunta responsabilidad o complicidad en “transacciones corruptas”.
Según el comunicado oficial de la OFAC, estas actividades estarían vinculadas a proyectos públicos y programas gubernamentales en Venezuela.
Impacto de las sanciones
Las repercusiones legales para los señalados son inmediatas. La orden prohíbe que cualquier ciudadano o empresa estadounidense realice transacciones con ellos.
Además, se ha decretado el congelamiento de todos los activos y propiedades que estas personas posean dentro de la jurisdicción de los Estados Unidos.
Escalada de tensión militar y económica
Esta acción forma parte de una semana de alta presión por parte de la administración estadounidense, que etiqueta a la gestión de Maduro como una “narcodictadura”.
Recientemente, el presidente Donald Trump emitió órdenes estrictas sobre el movimiento de buques petroleros sancionados.
Esto ocurre apenas una semana después de que las autoridades norteamericanas incautaran un barco cargado de crudo en las proximidades de las costas venezolanas.
El escenario se complementa con un despliegue militar reforzado en el Caribe. Las operaciones recientes han incluido el bombardeo de más de 30 embarcaciones (narcolanchas) procedentes de Venezuela y Colombia, acciones que, según informes, han dejado un saldo superior a los 100 fallecidos.




