O estás conmigo o eres traidor a la patria

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El intento del gobierno actual en imponer una nueva ley eléctrica, modificando la Constitución fracasó rotundamente, como era de esperarse.

Los diputados de la oposición, convencidos de su idea y contraria a la propuesta por el presidente en turno no cambiaron su voto ni se vendieron por 30 monedas, salvo un diputado del PRI, que públicamente y por conveniencia familiar, optó por cambiar de opinión.

Este resultado, por un lado, fortalece y une a la oposición, y por el lado del presidente en turno, le da pie para radicalizar y agregar a los términos de neoliberales y conservadores, mencionados diariamente, el de traidores a la patria.

El motivo era que la CFE, quería manejar absolutamente la política de generación y manejo de corriente eléctrica, eliminando las organizaciones de control de energía independientes y no apoyar las energías limpias.

La gran duda es que la información que recibimos de esa Comisión es la acumulación de pérdidas multimillonarias anuales. ¿Por corrupción? ¿Mal manejo? ¿Malos administradores?

Los principales promotores de esta propuesta fallida fueron Bartlett, director de la CFE y la Nahle, secretaria de energía, ambos sin una credibilidad confiable, motivo por el cual las posibles negociaciones fueron completamente estériles.

No pasa nada ni va a pasar nada, salvo que en el sermón matutino se va a enfocar en contra de los que votaron en contra de su propuesta, aduciendo traición a la patria y ese argumento lo oiremos hasta el 2024, como bandera electoral en contra de la oposición.

Tristemente vemos que el pueblo del que tanto habla es una masa de diferentes consistencias, al que se le da una ayuda simbólica, pero que más bien se le usa con fines electorales con muy buenos resultados y que, con una gran habilidad, el presidente en turno ofrece, promete, insulta, echa la culpa de todos sus males a los gobiernos anteriores, y ahora será a los traidores a la patria.

El luchar por el poder como único objetivo, que es lo que nos está pasando en México, a costa de sacrificar proyectos en pleno funcionamiento con la finalidad de tener un control absoluto de toda iniciativa u oficinas existentes.
¿Cuál es la razón? ¿Por qué destruir lo que está funcionando, en lugar de corregirlo?

Se pretende un control gubernamental total, no dejar ninguna oficina paralela de control, ninguna participación independiente en el gobierno, un control total hasta en las elecciones, de ahí el odio ya enfermizo al INE con deseos de desaparecerlo.

La conclusión es muy simple, dadas las señales recibidas, “o estás conmigo o eres traidor a la patria”.