¿España más empañada por anidar aves de rapiña?

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México R. Cervantes
    Como un  turbio  canal de la mancha, que ni  Cervantes me  quisiera
apellidar, al seguir enlodándose el gobierno monárquico, al recibir a  los
peores y descomunales rateros que con trampas llegaron como los más
corrompidos mandatarios de mi querido México. Pobre pueblo español .
     Con el agravante de que hasta degradan la nacionalidad de su origen
y , convenencieramente adoptan la española, ,misma que se abarata    y
se rebaja hasta la humillación, ya que los truanes temen ser perseguidos
por la justicia mexicana.
     Si no fuese tan difícil el cambio de apellido, en nuestro Registro Civil,
me cambiaria ése apellido, que aunque evoque a el autor del Quijote de
la Mancha, y recuerde a tantos otros grandes hispános. No me resulta
ya del agrado con tal desprestigio histórico y muy actualizado.
    Más, son tantos los deméritos , que afortunadamente no heredé con
tal apellido; como es la voracidad de  la invación cavernaria,- que  para
nada debe llamársela ” conquista española “. También repudié la  más
infame de las religiones que impusieron con la espada y los mil  trucos
milenarios, que percibía un servidor, como en extremo infantiles y muy
misóginos.
     Como mi filósofo padre, apoyé y  trabé  amistad con los  españoles
republicanos que huyeron del aberrante franquismo. La gran  mayoría
anti-monárquicos y más equilibrados mentalmente, que los que  antes
se escuchaba en las retardatarias iglesias, con aquellas tan engoladas
y teatrales voces dirigidas para mejor embaucar a los infantes .  Tanto
me incomodaba oir al  extranjero  españolin, que dejaba sola a  la  ya
mi muy sometida abuela, que me llevaba casi a la fuerza.
     Y, por último consideremos lo más grave de las aves de rapiña que
se anidan como huérfanos en una decadente monarquía, y buscan  a
la que llamarán su ” madre patria “, que huyen cuando saben que han
sido denunciados desde la tribuna presidencial , como :  TRAIDORES.
    NADA MÁS Y NADA MENOS : MIS ILUSTRADOS LECTORES.

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