Escuelas; cuarto sitio donde las mujeres son más violentadas
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las relaciones en los Hogares (ENDIREH) del 2021 del INEGI, las escuelas son el cuarto lugar en donde se ejerce mayor violencia contra las mujeres, ya que el 32.3% de las mujeres de 15 años en adelante, han vivido algún tipo de violencia en su vida escolar.
Con el 18.3% la violencia física se coloca como la agresión más recurrente en planteles, seguida de la violencia sexual con el 13.7%.
La organización Mexicanos Primero en el marco del Día Internacional de la Mujer, destacó que la violencia también impacta a 849 mil 185 maestras (70.2% del total de docentes), ya que viven desigualdad de género, de inicio, ganan menos que sus compañeros hombres a pesar de realizar las mismas funciones.
Los docentes varones, durante el tercer trimestre de 2022 percibieron un sueldo de siete mil 600 pesos, en tanto el salario de las maestras fue de seis mil 400 pesos aproximadamente, sin que exista una explicación de esta diferencia.
Datos de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) demuestran que, la desigualdad también está presente en el número de puestos de supervisión otorgados a mujeres ya que es su mayoría son hombres los asignados, con excepción de preescolar, en primaria son 62.3% más hombres y en secundaria 72.4%.
Entre los testimonios plasmados en el cuadernillo Escucharnos, mismo que fue difundido ayer por la organización se puede leer el siguiente:
“Hay compañeros que consideran que como mujeres sólo somos buenas como secretarias. Una vez haciendo un documento, (un maestro) dice ‘que lo hagan las mujeres, porque escriben bonito’, y se fue y se lavó las manos, o sea, ni siquiera nos ayudó a dar ideas para el documento…”
Así mismo la organización advirtió que la desigualdad también esté presente en el lenguaje que se usa en los materiales didácticos, ya que siguen marcando los estereotipos al presentar problemas como “Don Vicente tiene una tienda, mientras que la abuela borda ocho manteles”, o bien, “Pedro tiene tres balones y Sofía cinco muñecas”.
Aseguran que es fundamental empezar a escuchar a las maestras, estudiantes, académicos y autoridades educativas para cambiar las prácticas discriminatorias y generar más espacios donde las mujeres se sientan libres y seguras.