“Envolverse en la bandera como niño héroe”

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Ahora que se percibe una decisión firme, envalentonada y con un enorme encono en renegociar tratados o contratos de generación de energía ya firmados y en proceso para cancelarlos sin indemnización y sin mayor trámite por amenazas de Bartlett, titular de la CFE, y por el mismo presidente en turno, se debería aprovechar esa “valentía” para renegociar también el tratado Guadalupe Hidalgo, y ver que tanto podemos recuperar de nuestro territorio.

Nuestros políticos, con una soberbia extrema tomando como ejemplo a Bartlett, en la cancelación, no negociación de contratos firmados, amenazando con clausura inmediata y ninguna indemnización, es el ejemplo del uso de la “fuerza” que cree que tiene como funcionario un gobierno populista, creando un problema internacional en ciernes con empresas instaladas en México, con contratos firmados y con posibles demandas millonarias de por medio, si cumplen sus amenazas, aparte del descrédito internacional en futuras inversiones.

No dudo que pudo haber mejor negociación, tampoco que puede haber contratos muy favorecedores a los inversionistas, pero puede haber varios caminos de solución negociada, antes de las bravuconadas características de esta persona.

Nuestras exportaciones llegan casi al 80% del total con los Estados Unidos. No es una razón para tener agachada la cabeza, pero si para usar negociadores de altura, no golpeadores de cantina, en nuestro repetitivo y ancestral problema de trato con nuestro poderoso vecino.

Hemos tenido con esta vecindad muchos problemas, que se han solucionado satisfactoriamente a través de los años en una constante relación con buenos negociadores, que ahora no veo más que a Ebrard como el único capaz dentro del gobierno en turno.

La intervención de los Estados Unidos en el problema de energía en nuestro país es evidente. Ken Salazar, embajador en México de EU y el secretario Perry, están más que atentos a los pormenores de la votación en el Congreso de este asunto, y vigilando la intención del gobierno en turno de tener una mayoría en el Congreso, para modificar la ley, en una intervención evidente de cuidar a sus inversionistas,

Hay un Tratado México EU Canadá que se vería seriamente dañado con miles de empleos y dólares perdidos por una torpeza gubernamental, por esa soberbia o más bien una ignorancia de las posibles consecuencias.

En pocas palabras, hay que fijarse como discutir y como negociar midiendo consecuencias, y no por un supuesto atentado a nuestra “soberanía”, 

“Envolverse en la bandera como niño héroe”