En Puerto Vallarta solo 14 hoteles cuentan Código de Conducta

En Puerto Vallarta solo 14 de los 433 hoteles que operan en este ciudad cuentan con el Código Conducta Nacional para la Protección de las Niñas, Niños y Adolescentes en el Sector de los Viajes y el Turismo (CCN), que es un instrumento creado por la Secretaría de Turismo como un compromiso que adquiere voluntariamente la industria sin chimeneas, para proteger a los menores en contra de la explotación sexual y laboral, a través de la implementación de seis directrices en sus empresas o establecimientos.

Este código compromete a los actores sociales de la industria turística, a mejorar la calidad de vida de las comunidades, protegiendo los derechos de las personas menores de edad, así como a crear conciencia en los turistas para fomentar responsabilidades y compromisos que a su vez proyecten la imagen de un turismo seguro en México.

El primer paso para sumarse a éste compromiso es registrar y firmar un compromiso para adoptar e implementar este instrumento en un plazo no mayor a 6 meses y comenzar a implementar las directrices, la empresa puede realizar el proceso de forma independiente o con apoyo de una persona promotora del CCN quienes cuentan con las competencias necesarias para dar acompañamiento a las y los prestadores de servicios turísticos en la ejecución del mismo. En cualquiera de los casos se debe hacer uso del Sistema en Línea para Identificar ¿qué hacer?, ¿Cómo hacerlo?, Obtener herramientas de apoyo y documentar sus evidencias.

Se estableció en noviembre del 2016, previamente se firmó de un Convenio de colaboración con el Consejo Ciudadano para contar con una línea nacional de denuncia contra la trata de personas, el número gratuito es 01 800-553 3000. El Código de Conducta se debe renovar cada dos años, está incluido en el Sistema de Clasificación Hotelera (SCH), que otorga una equivalencia de media estrella a hoteles que se inscriben e implementen.

A lo largo y ancho de Puerto Vallarta hay alrededor 26 mil habitaciones, en 433 hoteles que van de 1 a 5 estrellas, gran turismo, boutique y de clasificación especial, además de su oferta ecoturística, gastronómica, cultural y recreativa.

Los 14 establecimientos de servicio de alojamiento temporal que al momento tienen acreditado este importante código y certificación son: Villa Premiere, Posada Roger, Condominios ICON, Eloísa, Sheraton Buganvilias Resort & Convention Center, Velas Vallarta, Krystal, Fiesta Americana, Sunscape, Hacienda Buenaventura & Mexican Charm, Buenaventura Grand & Great Moments, City Express. One PVR y Fiesta Inn La Isla.

Los últimos en certificarse en Puerto Vallarta fueron el hotel Villa Premiere, cuyo gerente Agustín Fragoso recibió el reconocimiento de manos de Arturo Dávalos Peña, director de Turismo de Playa de la Secretaría de Turismo Jalisco, el ejecutivo del centro de hospedaje ubicado al norte de Puerto Vallarta entrevistado al respecto manifestó:

“Para nosotros es un orgullo, es un honor también, recibir este importante reconocimiento, certificación que nos avala como una empresa capacitada para proteger a nuestros niños, niñas y adolescentes de la trata y maltrato, que pueda suceder en un destino como es Puerto Vallarta, vamos a continuar con esta capacitación que se otorga cada dos años, es un trabajo de todos nuestros colaboradores en el día a día para tener enfoque en detectar focos rojos de esta mala práctica, estar atentos a que nuestros menores estén protegidos…se agradece a las autoridades por la confianza”, subrayó Fragoso

Cabe destacar que dicho Código de Conducta otorga una imagen de responsabilidad social, calidad y seguridad promoviendo el desarrollo del turismo y la fidelidad de sus visitantes, incrementa la competitividad, permanencia y lealtad de los empleados, posiciona la buena reputación de la empresa como de la marca, tanto de sus comunidades y gobiernos, permite la creación de criterios acorde al respeto de los derechos humanos en las áreas de seguridad.

Asimismo, fomenta la fidelidad de sus consumidores, establece lineamientos de interacción entre la empresa y los proveedores para prevenir que en la cadena de valor existan posibles casos de explotación. Facilita la toma de decisiones ante situaciones de riesgo relacionadas a la explotación de la niñez y la adolescencia, ya que se establece un marco de referencia para la actuación de los prestadores de servicios.