Empatía y amabilidad, características del recepcionista

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Empatía, espíritu de servicio y amabilidad son características básicas de los recepcionistas, son el rostro de presentación del hotel y desempeñan un rol muy importante al ofrecer una sonrisa, otorgar la habitación y resolver cualquier duda de los huéspedes. 

Es el caso de Fabio Borrayo Gómez, jefe de Recepción en el hotel Mío, él se encarga de que la estancia de los huéspedes sea lo más placentera posible.

Motivado por las ganas de trabajar en la principal actividad de la región, él inició la carrera de turismo, luego concluyó la de administración pero siempre se mantuvo con enfoque en la actividad turística a la que se ha dedicado desde hace tiempo.

Ya tiene un año de experiencia en el hotel Mío donde coordina todos los aspectos que giran en torno a la bienvenida de los visitantes.

Empatía, espíritu de servicio y amabilidad

“Estamos atentos a generar experiencias integrales, a escuchar las dudas y peticiones; además lo más importante está en los detalles que se ofrecen”. 

Su equipo lo integran siete personas: bellboy, recepcionistas en diferentes turnos, auditor nocturno y un concierge.

“La labor de un recepcionista es muy dinámica y versátil, lo mismo dan la bienvenida, la despedida, aplicar los cobros, pero también aportar consejos dan sugerencias de visitas cuando las piden, aclarar dudas, resolver quejas y escuchar comentarios”.

También menciona que al ser un hotel pet friendly, el recepcionista del hotel Mío resuelve dudas alusivas a la presencia de animales de compañía.

El recepcionista, agregó Fabio, tiene contacto con todos los otros departamentos de un hotel, como es el caso de Alimentos y bebidas, Ama de llaves, Mantenimiento, para resolver asuntos que comenten los huéspedes, y estar siempre atentos a que su estancia sea placentera.

Cuando hay huéspedes difíciles lo importante, dijo, es no engancharse, ya que no es nada personal, y es obligatorio dar solución a las peticiones que se plantean.

Fabio también es papá de tres hijos, de siete, cinco y tres años, comentó que es difícil la combinación de actividades ya que el trabajo le exige mucho tiempo pero la recompensa la tiene al llegar a casa, y así celebró, trabajando, este Día del Padre.