Emiliano Zapata: Crédulo de las patrañas religiosas, pero no gay
El 10 de abril, se nos entripa el coraje por la aparente inocencia de el líder revolucionario que fue asesinado en el 1919, por no ser suficientemente cauto, cayó en la trampa del miserable Guajardo.
Mas el coraje, es por quererlo desprestigiar, al relacionarlo como gay, ya que la que fue hija del tirano Porfirio Díaz, se casó con un parrandero, que ni hijos le dió, un tal Ignacio de la Torre. Y, como era en un tiempo, patrón de Zapata, al que ya acabó por odiarlo por enfrentar a su padre Porfirio. Pues se desquitó de ambos, tanto del fallido marido, como de Emiliano Zapata, y los señaló con tener relaciones amorosas. Además difundía que el Caudillo, era el Atila del Sur. ¿Qué se podía esperar de una hija… del traidor afrancesado?
La varonía de Emiliano, fue desde pequeño, muy notable, diciéndole a su progenitor que él, cuando creciera, restituiría las tierras que arrebataban los acaparadores. Igual, fue su conducta de valiente, y su presencia, para nada se alejaba de un hombre cabal.
El tratar de deprestigiar a los mexicanos ejemplares, viene desde la remota invación clerical, que arribó con los peores españoles. La educacíon religiosa parte de demoler todo prestigio prehispánico, tanto de valores humanos, como artísticos, cientificos y materiales.
Sin duda, esa educación religiosa, que recibió Emiliano, llena de patrañas y fantasías absurdas para manipular las mentes infantiles, le impidieron ser más hábil. Y, ya de mayor, fue muchas veces engañado, hasta por Francisco I. Madero, y, Venustiano Carranza. ¿Cómo no caería en una trampa tan evidente que le puso el infame Guajardo?
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