Gordy, el elefante marino de dos toneladas que paralizó las calles de Ciudad del Cabo

Foto: Especial
En lugar de tráfico escolar, los vecinos de Gordon’s Bay, un suburbio costero de Sudáfrica, se toparon al amanecer con un visitante de casi dos toneladas: un elefante marino deslizándose por calles residenciales.
Apodado rápidamente como “Gordy” por los locales, el animal avanzó más de un kilómetro tierra adentro antes de detenerse, agotado, junto a una carretera.
El elefante marino, un macho joven de la especie del sur, había recorrido alrededor de 1,500 kilómetros desde su hábitat natural en mar abierto, según estimaciones de la Sociedad para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales (SPCA).
¿Cómo llegó hasta ahí?
Expertos creen que el mamífero marino pudo haber perdido el rumbo durante su migración, probablemente en busca de alimento.
Lo cierto es que la escena fue tan insólita como viral: Gordy se recostó sobre el capó de un coche patrulla, intentó subir a otro y finalmente se acomodó en un jardín residencial, donde fue monitoreado mientras respiraba pesadamente.
Aunque simpática a la vista, la situación era riesgosa. “Los elefantes marinos no están hechos para el asfalto: el calor y la deshidratación pueden ser fatales lejos del mar”, advirtió Belinda Abraham, portavoz de la SPCA.
Un rescate de precisión
Durante nueve horas, veterinarios, biólogos marinos y voluntarios trabajaron en un operativo complejo. Sedaron cuidadosamente al animal y, con ayuda de arneses y rodillos, lo trasladaron a un remolque especial.
La caravana avanzó 20 kilómetros hasta Kogel Bay, una playa protegida donde sería liberado.