“El valor de la prudencia, vital para el Derecho”

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Iliana Sánchez

Aristóteles decía que Es el mejor de todos el que por sí solo comprende todas las cosas; es noble, asimismo, el que obedece al que aconseja bien; pero el que ni comprende por sí mismo ni lo que escucha a otro retiene en su mente, ese es un hombre inútil.

La prudencia probablemente sea la mayor contribución para despejar el camino del razonamiento, para que todo profesional e impartidor de justicia, dispongan de un elemento que va más allá de una mera técnica legislativa o labor interpretativa. Es por ello que el estudio de la ética como ciencia debe ser entendida como anterior y superior al derecho, y dejar en claro la necesidad de formar profesionales del derecho a las luz de dicha ciencia .ambas ciencias derecho y ética, nunca se interpondrán ya que su punto medular siempre será la persona humana, y la adecuada observancia de ambas y su correcta aplicación siempre caerá en detrimento de la raza humana.

Por ende la valoración de las conductas humanas supondrán siempre una reflexión de carácter ético, y en la adecuada interpretación de los hechos se concretará un “juicio prudente”, apegado a la manera más correcta de ejercer una labor.

A través de la historia, la concepción que se tenía y tiene de la ética ha sido inseparable del hecho de entender la definición de persona humana, el entender del ser persona, aunado a esto imposible separar también ética-derecho.

En la actualidad todo lo que por años ha sido motivo de estudio, obras y filosofía, tiene una influencia activa en la tarea de los juzgadores y en sí de todos aquellos que tienen la responsabilidad de hacer y aplicar el derecho.

A todo esto la Doctora María del Carmen Platas en una de sus reflexiones dice que; por esta razón la prudencia se considera madre y moderadora de todas las demás virtudes. El juez sólo es justo, y lo son sus sentencias, en la medida en que ejerza sus funciones bajo la luz de la prudencia.

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Iliana Sánchez