El sonido de los disparos

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Cruda jornada.

El bien y el mal; la preparación, la impreparación, la improvisación.

Sucedió en Puerto Vallarta: un acribillado por la policía, un uniformado herido por su propio compañero, una mujer amagada con navaja al cuello.

El lamentable suceso detonaría comentarios todos, mas cuando las cámaras de CPS Noticias-Vallarta trasmitían en vivo.

Durante dos horas, por los rumbos de Tribuna de la Bahía, elementos de la policía municipal intentaron convencer a un sujeto que dejara ir a una mujer a la que sometía navaja en mano.

Momentos antes, narra el reporte del núcleo informativo de esta casa editora, el sujeto por teléfono se despedía de sus hijos, porque “lo iban a matar”. Y antes había dicho que había matado a una mujer.

Fue una jornada tensa: Vallarta hacía unos días que recién tenía televisión —Tv Mar, de nuestro corporativo editorial— lo que seguiría sería crudo, la trasmisión en vivo, a ojos y comentarios de todos, desde antes del desenlace fatal.

El sujeto no dejaba de mantener la navaja al cuello de la mujer. La policía no dejaba de insistir que la dejara, que no la lastimara. Al tiempo, la mujer sería aventada y el sujeto se avalanzaría sobre los uniformados, los disparos sonarían. El sujeto acabaría acribillado, muerto. Un uniformado herido de bala.

— ¿Qué mas decir de los hechos?

Que en efecto la población requiere que vea por esta. Y que la propia policía para dar esa certeza, debe de estar bien preparada.

Que un policía acabara lesionado por una bala en el pie, cuando no fueron agredidos a balazos, da cuenta que la reacción ni estuvo en sincronización y que se debe de cuidar quien tiene armas.

Hechos tales provocan reflexión hoy más que nunca que a los cuerpos policiales municipales se les debe de dotar no sólo de mejores salarios y de herramientas y de equipo, sino también de permanente capacitación.

Hoy, ante hechos tales, se exhibe de lamentable, injusto y de consecuencias, el recorte federal a los recursos públicos canalizados en seguridad a los municipios.

Si lo de la Guardia Nacional va a entrar para contrarrestar a la delincuencia, la policía municipal seguirá permanente. Es tiempo de cambiar la propuesta de la policía municipal que se tiene en el país, y por supuesto no frenarle la opción de mejores partidas presupuestales.

No se le pidan peras al olmo. Y que los políticos entiendan de una vez, que la sociedad está urgida de certeza tanto en la prevención como en la persecución del delito.

No se es policía sólo por portar un arma o un uniforme, sino por lo que se le brinde de confianza a la sociedad de que se vela y bien por el patrimonio de todos, que aparte de los bienes es la apreciada tranquilidad,

Los hechos de ayer en Puerto Vallarta por tal no sólo deben de quedar en estadística de un suceso lamentable, sino de propiciar reflexión y, en su caso el aporte de medidas y recursos para una mejor policía.

El policía herido bien pudo resultar muerto, y ellos también son padres de familia.

— ¿El sujeto acribillado pudo haber sido sometido, no por las balas?

Preguntemos por igual, cuánto gana un policía, en qué condiciones están las patrullas, qué clase de academias se tienen para su permanente capacitación, cuántos terminaron la preparatoria, cuántos policías por habitantes.

Que lo de ayer en Vallarta, no quede en estadística.