El Montaje

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Fue a todas luces un acto vergonzoso. Resulta imperdonable querer aprovecharse así de la credulidad de la gente, de la buena fe del público, de la confianza del pueblo. No había ninguna necesidad de fingir, de escenificar, de mentir, engañar o traicionar.

Todo se orquestó para hacer pasar como real una burda farsa. Un acto demagógico en el que participaron varias personas que se organizaron para montar algo que nunca fue. En el caso de los civiles que participaron no hay tanto problema; ellos qué.

Lo inaudito es que se hayan prestado para el tinglado autoridades del ámbito de la seguridad, gente que debería ser garante de la verdad y que se portaron como auténticos charlatanes.

Fue el 19 de junio de 2020, 93 días después de registrado el primer muerto por causa del Covid 19. En Cuernavaca, Morelos, el presidente Andrés Manuel López Obrador visitó el Hospital General “Doctor Carlos Calero Elorduy”, destinado a pacientes con SARS CoV2.

En la visita al presidente lo acompañaron los titulares de Sedena, Luis Cresencio Sandoval González; de Marina, José Rafael Ojeda Durán, de Salud, Jorge Alcocer Varela, y en ese entonces el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, así como el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, entre otros.

En la foto que trascendió a los medios y que evidentemente fue escenificada, se ve al presidente López Obrador visitando a un supuesto enfermo de Covid que yace en una cama del hospital.

El presidente, como es su costumbre, no portaba cubre-bocas, pero miraba muy atento al dizque contagiado, de quien después se supo que era un elemento del ejército.

En esos días se consignó en los medios: “Para Brenda Valderrama Blanco, presidenta de la Academia Morelense de la Ciencia, la fotografía donde el Presidente y funcionarios aparecen sin usar equipo de protección alguno es un evidente montaje que lanza un pésimo mensaje para generar mayor confusión entre la sociedad”.

Para la científica, experta en biotecnología, la imagen “es otro de los mensajes erróneos que los gobiernos han emitido en la pandemia, pues no transmite la gravedad del problema y por el contrario genera mucha confusión que lleva a la gente a tomar malas decisiones”.

En aquel momento la científica ya visualizaba lo que sucedería: “Los mensajes del presidente no ayudan, llama a salir, no usa cubre-bocas y parece que no permitiera que nadie cerca de él lo utilice”.

Hoy, más de un cuarto de millón de muertos después vemos la razón que tenía la doctora Valderrama y lo caro que nos ha salido la ¿indolencia, negligencia, ignorancia, soberbia, necedad? del presidente.

Este es sólo uno de los montajes que el titular del Ejecutivo se ha sacado de la manga; fue de los primeros y como se ha hecho costumbre, se lo descubrieron a los cinco minutos.

Otro memorable es cuando fue a inaugurar con bombo y platillo una pista polvosa al aeródromo Felipe Ángeles y su posterior declaración de que se trataba de una de las instalaciones aeroportuarias más modernas y sofisticadas ¡del mundo!

Sin duda Carlos Loret de Mola presentó hace 15 años una escenificación también falsa, pero no es a Loret sino al presidente a quien le pagamos todos, a quien eligió el pueblo y juró cumplir y hacer cumplir las leyes.

Hoy Loret hace lo que los medios de información deben de hacer: investigar y presentar evidencias contundentes de las acciones de quienes nos gobiernan.

Y el presidente en sus conferencias mañaneras miente un día sí y otro también. Mentiras contabilizadas y grabadas en video, mientras pregona su pretendida superioridad moral; tanto, que hasta gasta dinero público en imprimir y repartir códigos de ética, cartillas morales y demás ocurrencias lamentables.

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