El fenómeno de El Niño en 2023 y 2024
Los últimos meses se ha escuchado mucho sobre la posible aparición del llamado fenómeno de El Niño y los efectos climáticos que traerá consigo este cambio en las temperaturas del océano, anomalías que suceden de manera natural.
¿Qué es El Niño?
Según la Organización Meteorológica Mundial (WMO por sus siglas en inglés): El Niño/Oscilación del Sur (ENOS), más conocido por El Niño, es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la atmósfera. Este fenómeno tiene una gran influencia en las condiciones climáticas de diversas partes del mundo.
Gracias a los progresos científicos alcanzados en cuanto a la comprensión y la modelización del ENOS, las competencias de predicción han mejorado en escalas temporales de uno a nueve meses de antelación, lo que ayuda a la sociedad a prepararse para los peligros asociados a ese fenómeno, tales como las fuertes lluvias, las inundaciones y las sequías.
Impactos económicos globales de El Niño
La última vez que se había formado el fenómeno de El Niño fue en 2016 y sus efectos climáticos se dejaron sentir en todo el mundo.
Aquel año el fenómeno climático contribuyó al aumento récord de las temperaturas globales, a la pérdida de bosques tropicales, al blanqueamiento de corales, a la generación de incendios forestales y al deshielo polar.
Los científicos creen que volverá a ocurrir y por eso están alertando sobre la posibilidad de que en los próximos meses se forme un Niño potente en un contexto en el que, además, está ocurriendo un calentamiento “brusco e inesperado” de los océanos, lo que en conjunto podría llevar la temperatura global a niveles de récord entre 2023 y 2024.
Según informa la BBC, El Niño es un cambio en la fuerza y dirección de los vientos alisios que soplan de este a oeste en el océano Pacífico, que hace que el agua cálida que se encuentra en la parte occidental del océano Pacífico se mueva hacia la región central y este del Pacífico.
Este fenómeno meteorológico hace, por ejemplo, que en regiones usualmente muy lluviosas como el norte de Australia ocurran sequías y fuegos; mientras que en lugares como la costa oeste de Sudamérica, cuyo clima es seco y que es conocida por sus desiertos, se produzcan fuertes lluvias.