Echarle toda la carne al asador

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Pregunta: en cada aparición del presidente en turno, al ser cuestionado por situaciones cuya respuesta nunca es directa, se libera del compromiso de aclarar, usando la muletilla de “nosotros no somos así”, “nosotros no actuamos de esa manera”, “nosotros somos diferentes”, “nosotros no robamos”.

Cápsulas de fomento de polarización y encono entre los mexicanos.

¿Me podía aclarar quiénes somos “nosotros” y quiénes son los “otros”?

– [ ] Conociendo su manera de expresarse y fomentar la división de los mexicanos, me imagino que los buenos es el gobierno y los malos, los que no estamos de acuerdo con sus acciones, apresuradas y viscerales.

Más bien “nosotros” es Usted, ya que es la única persona que se ve del gobierno, todo lo demás es una masa amorfa que se mueve al ritmo que se le indica, ahora hasta con la duda de la independencia del Banco de México, por el comentario desafortunado y torpe acerca del aumento de los intereses bancarios.

Es la forma de manejar el país como si fuera el Rancho México, da las órdenes el dueño de la hacienda, y sus empleados obedecen sin chistar.

Volviendo a la obra pública, ¿en dónde quedó la Ley de Contratos, en dónde quedó la Constitución, las Cámaras, los Colegios de Abogados, las Asociaciones Civiles, la sociedad. Los concursos para adjudicación de obra, ¿ya no existen?

La popularidad del presidente en turno es enorme y sus decisiones son ley, sin que nadie le lleve la contraria, es el dueño del rancho.

Pero, ¿hacia dónde vamos? ¿Qué país queremos tener, ya no para nuestros hijos pero sí para nuestros nietos?

¿País sin leyes? ¿Sin instituciones? ¿A merced de las ocurrencias de una sola persona?

¿Los últimos eventos manifiestan una podredumbre en los altos niveles de procuración de justicia? ¿Podremos admitir 246 homicidios violentos en un fin de semana? ¿Dónde está la frase de “vamos bien”? ¿A dónde vamos a llegar?

Esos temas no se tocan.

En México, en el siglo XXI, no es lo preocupante las acciones del gobierno, dudosas de su creación y su ejecución.

La opinión de la gente pensante, que no es tomada en cuenta por la enorme soberbia del gobierno en turno, que es lo más valioso para un país, eso sí es preocupante, porque el poder no da conocimiento, el verdadero conocimiento está en la sociedad.

Los altos niveles de desigualdad están ligados a la corrupción, fracaso en el sector salud y aplicación de las leyes.

Sin atender decididamente estos factores, aeropuertos regionales, trenes turísticos y refinerías no podrán operar con libertad y apoyo.

Es el momento, como en una fiesta, que se necesita por parte de la sociedad, y de todos los presentes, “echarle toda la carne al asador”.

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