Sobre la disonancia entre AMLO y la CNTE

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Hemos sido testigos de una importante disonancia entre el ejecutivo federal y el movimiento magisterial democrático más importante del país. No es poca cosa. Este tema no debe ser, uno más, en lo que los matices dejen de existir, para comprender el proceso son muy importantes.

Se debe partir pues, de que una serie de hechos que se han presentado simultáneamente como notas disimiles hoy parecen imponerse en una disonancia, en una falta de armonía, pero que si uno observa atento a cada movimiento se podrá dar cuenta que el camino del entendimiento puede darse, para ellos es necesario atravesar las contradicciones en curso, que son reales, y no nada más producto de alguna manipulación política interesada en descarrillar el proceso en el que no encontramos.

La mañana del 27 de agosto del año 2021 quedará marcada en la historia de la política nacional. Y es que, no solo es que el presidente haya tenido una protesta por parte de maestros inconformes agrupados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, cosa que cualquier ejecutivo ha presenciado en menor o mayor medida desde su creación en 1979.

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Sino el símbolo que esto significa, afuera de las instalaciones del cuartel general de la Séptima Región Militar de Tuxtla Gutiérrez, el presidente es abordado, se le protesta en su camioneta, él decide según sus palabras también protestar por este hecho, y no lleva a cabo la mañanera, cosa que no había interrumpido en todo su gobierno.

Hay que recordar que precisamente la consolidación de esta región militar se dio en los tiempos de la guerra contra el EZLN, y que la militarización del Estado produjo grupos paramilitares que han aterrorizado la región. A pesar de la llegada de la cuarta transformación, estos grupos siguen operando de forma impune como en Aldama o en Pantelhó, ahora con la ayuda del narcotráfico.

En otros tiempos, el Estado Mayor Presidencial hubiera bloqueado la protesta reprimiéndola. El presidente decidió entrar por la puerta principal y no en alguna de las otras cuatro existentes. Su mensaje es claro, no tiene por qué esconderse. A pesar del bloqueo, el ejército no intervino. La protesta se pudo dar, es decir, los mensajes sobre el desacuerdo estaban dados, pero esta vez fue distinto, no fue como en Nochixtlán sino que se respeto el derecho constitucional a la protesta, no se les criminalizó como en otros tiempos mandaba el dictado de Claudio X. González.

Es de reconocer que este gobierno ha tenido la voluntad política de recibir a los dirigentes de la CNTE durante 18 ocasiones en las que se ha podido establecer un diálogo. Una de las cosas más importantes que se pudieron revertir fueron los elementos punitivos que representaba la contrareforma educativa neoliberal de Peña Nieto.

La reforma educativa presentada por la cuarta transformación no es de ninguna manera la transformación educativa que requiere el país. Lejos quedó un proyecto realmente pedagógico que pudiera ayudar en la educación nacional y revertir los efectos más dañinos de años de entender a la educación como un negocio. Esta es una de las limitaciones más graves que existen, y una de las tareas pendientes a resolver.

El presidente López Obrador solicitó que el dialogo se atendiera con la secretaria de Educación Pública, que ese sería el canal pero la CNTE ha respondido que los acuerdos que se firman en Palacio Nacional a la hora de aplicarse se desvanecen, los encargados, en este caso los gobernadores o funcionarios de la SEP detienen los avances. Se ha impuesto el elefante reumático del que tanto habla en las mañaneras a la hora de referirse al aparato burocrático, pero con la agravante que no hay voluntad política por parte de los funcionarios encargados de realizarlo a decir de la CNTE.

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Hay necesidades que el movimiento social magisterial ha puesto sobre la mesa, y en las que el movimiento estadocéntrico no ha querido escuchar argumentando razones de Estado. Uno de ellos se explica por la débil posición en la que la pandemia ha dejado a la economía mexicana, en la que la desaceleración económica en Estados Unidos amenaza con generar mayores estragos en nuestra economía.

Es cierto que la economía debe reactivarse, y para ellos el regreso a clases es clave, pero eso no quita el pésimo manejo de la pandemia en Chiapas, ya no sólo por el retraso, sino por la evidente manipulación de las cifras que se niegan a reconocer la magnitud del problema, cosa que la sociedad chiapaneca no ignora pero que los funcionarios estatales de salud creen que con maquillar las cifras se puede ignorar lo grave del asunto.

La CNTE es el catalizador de ese descontento, una buena parte de la sociedad se expresa ahí no negándose a un regreso a clases, sino haciéndolo de forma segura, con un proceso de vacunación más amplio que doten de mejores condiciones no solo a los niños sino a toda la sociedad en su conjunto. De nueva cuenta, desde el centro del país se establece una dinámica que debería realizarse considerando las condiciones de cada región.

Otra de las tareas pendientes de este gobierno es precisamente la falta de democratización del Sindicato Nacional de Trabajadores del Estado. Hacer uso de la figura del actual encargado del SNTE para validar las acciones de gobierno, no importado las acciones de corrupción del pasado es un mensaje muy negativo, se repiten las viejas prácticas del corporativismo más rancio del pasado.

Peor aún, uno de los elementos centrales de las demandas de la CNTE, fue precisamente la necesidad de reactivar la caja de ahorro, un mecanismo financiero que le permitía a los docentes recibir prestamos con una tasa preferencial del 6 % anual. El gobernador del Estado canceló dicha operación argumentando corrupción sin comprobarla y con ello benefició a instituciones financieras controladas por el anterior gobierno en su mayoría. El pacto transexenal no debería continuar.

La clase trabajadora ha sido sumamente golpeada en su masa salarial, el último golpe fue propiciado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación al determinar que el pago de las pensiones debe realizarse conforme a las UMAs consolidando el proyecto neoliberal contra los salarios. Lo que ha generado un profundo malestar en la base magisterial. Razones para luchar por mejores condiciones las hay.

Ni la CNTE ni FRENAA detienen al presidente” soltó el presidente de la República, después de tres días de protestas, entender esto como simple politiquería, en donde la mano de diversos actores oscuros y podridos pro golpistas tendrían algo que ver es cancelar las contradicciones que realmente existen, y que aplazarlas durante tres años funcionó e incluso se entendió en algunos sectores como el tiempo necesario para realmente tener el pulso y llevar a cabo los cambios, pero no hay plazo que no se cumpla.

El movimiento social es indispensable para poder mantener un proyecto de izquierda que consolide la transformación iniciada por el movimiento estadocéntrico electoral. Sus intereses no siempre son los mismos ni tienen por qué serlo, pero cuando se presentan escenarios como el actual, cabe hacer un llamado a todos los actores a generar un diálogo que pueda volver a armonizar el camino para construir un futuro posneoliberal.

La sociedad en su conjunto, lejos de polarizar sin sentido, deben aprender a manejar de forma creativa estas tensiones, de ello va que las disonancias actuales se disipen.

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