“Despierte el empresariado y sus instituciones”

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Para terminar los artículos sobre Tijuana surgen varias  preguntas, acerca de la participación empresarial en los serios problemas que nos afectan y contar con información precisa y veraz:

Quién da seguimiento al problema de suministro de agua.

Quién da seguimiento a las obras de reparación de puentes dañados.

Quién da seguimiento a decisiones sobre el transporte público.

Quién da seguimiento a obras federales prometidas.

Quién informa de las promesas no cumplidas del gobierno del estado.

Quién revisa la celeridad en trámites municipales y su revisión efectiva.

Quién revisa la capacidad de bomberos en edificios altos.

Quién cuestiona nuestra capacidad eléctrica en el futuro crecimiento.

Quién se preocupa por el transporte público con mayor eficiencia.

Qué pasa con las aguas residuales tiradas al mar, sin tratamiento.

Qué pasa con el tratamiento de aguas residuales que desperdiciamos.

Estos y otros tantos asuntos relacionados con la infraestructura de la ciudad no tienen ningún seguimiento empresarial y se depende de la información “oficial”, o de comentarios de café.

¿Están satisfechos con esa situación?

En el CDT, Consejo de Desarrollo de Tijuana existía la Comisión de Infraestructura atendiendo todos estos temas con efectividad, la cual fue desaparecida por un presidente del organismo con exceso de iniciativa.

Ante el futuro promisorio de Tijuana, la atención empresarial efectiva a estos temas es fundamental.

Se requiere que las asociaciones existentes o Consejos estén al pendiente de estos problemas y no volverse clubes sociales con cenas de celebración de 200 dlls por boleto.

Nos informamos de estos problemas por redes sociales, en reuniones informales o rumores, pero no existe un mecanismo empresarial que esté al tanto de toda esta información vital para apoyar nuevas inversiones y cuidar nuestra ciudad.

Un ejemplo claro de ignorancia es el destino de dos universidades construidas por el gobierno anterior, con gran inversión, gran inauguración, pero, aparentemente olvidadas por este gobierno.

Desde el punto de vista empresarial, estas construcciones son patrimonio de la ciudad y por lo menos, debemos saber qué pasó con ellas.

Esperemos que, ante estas evidencias,

“despierte el empresariado y sus instituciones”.