Se despide párroco Roberto Cordero del templo de Guadalupe

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El sacerdote Roberto Cordero Robles, párroco del emblemático templo de Nuestra Señora de Guadalupe, tras ocho años de labor pastoral en la céntrica iglesia dice adiós a Puerto Vallarta, el nuevo Señor Cura será el vicario episcopal Arturo Arana, la ceremonia del cambio será el próximo viernes 4 de noviembre, a las 12:00 horas, en una ceremonia presidida por el obispo Luis Artemio Flores Calzada.

El padre Cordero pasa así a la historia local, como el noveno párroco de esta comunidad, cuya capilla se empezó a construir a finales del siglo XIX y que fue elevada a parroquia en 1921. Nació el 3 de junio de 1970 en Ixtlán del Río, Nayarit, ordenado sacerdote en 1999, licenciado en Teología por la Universidad Pontificia de México.

Llegó a Puerto Vallarta el 29 de agosto del 2014, donde vivió la pandemia y contingencia sanitaria adaptando los actos litúrgicos y sacramentos, renovó la histórica fiesta jurada al Sagrado Corazón y le tocó encabezar el año jubilar por el centenario de la parroquia, además de dirigir importantes obras materiales y espirituales.

“Yo me voy muy contento, después de estos ocho años de haber compartido la fe con la comunidad, me gustó más su gente si dudarlo, si Vallarta es un centro turístico tan importante en México y el mundo es por su gente tan amable, cálida, pero sobre todo es muy participativa, de mucha fe, gente que confía en Dios, que confía en sus hermanos y con un cariño muy especial a la santísima Virgen María de Guadalupe”, compartió.

Algo que lo marcó en su estancia en esta ciudad, dijo fue el fervor guadalupano.

“Esa devoción me la han contagiado y me voy muy contento por haber compartido con ustedes las Fiestas Guadalupanas, que ya se acercan, y que nos llena a uno de fe en Dios y el ser humano”.

SU LEGADO: RESTAURACIÓN DE TORRE Y CÚPULA, MUSEO PARROQUIAL, NUEVAS OFICINAS Y CASA DE RETIRO

El presbítero Cordero Robles deja un legado importante en la Parroquia de Guadalupe, entre ellos la restauración de la icónica torre y cúpula, en lo que ha trabajado en coordinación con autoridades del municipio, misma quedan pendientes algunas etapas.  

Abrió El Museo Parroquial, con siete salas de exhibición, de las cuales faltan tres por acondicionar. Allí exponen ornamentos y arte sacro, documentos, fotografías, videos y objetos históricos de Puerto Vallarta y la parroquia; la sala Guadalupana y otra para exposiciones culturales temporales.

“Con la colaboración de todos hemos trabajado en la nueva casa parroquia, con la capilla, nuevas oficinas, el Curato, museo… Hay también una casa de retiro que terminamos su primera de tres etapas, en Las Juntas y Los Veranos, es continuar con un salón de usos múltiples y edificio de habitaciones, para los retiros espirituales de toda la comunidad de Puerto Vallarta y encuentro de todas las parroquias”, destacó.

Otra importante obra en estos ocho años subrayo fue el “preservar el templo, que es algo tan bello de Puerto Vallarta y que los representa en el mundo, hemos estado restaurando la torre, al templo se le ha dado mantenimiento constante”

En servicios, a través del grupo Cáritas implementaron un comedor comunitario, dispensario médico, hospedaje a personas en situación de calle, entrega de despensas, además creó el Club Deportivo Guadalupano.

Sin duda el Padre Roberto deja huella en la grey católica vallartense, su siguiente encomienda es al frente de la parroquia San Juan Pablo II, en Tepic, Nayarit.

Autor

  • Miguel González Guerra

    Orgulloso de ser pata salada, nací en la calle Púlpito a una cuadra de la playa Los Muertos y siempre he vivido en Puerto Vallarta. Egresado del Conalep, diplomado de Periodismo en la UNAM, cursé talleres de comunicación en el periódico El Financiero y la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Desde los 14 años trabajé en la rotativa y formato del diario Nuevo Día, en marzo de 1988 publiqué mi primera columna en Vallarta Opina, inicié con las fuentes de sociales y cultura. Laboré en otros dos diarios de la región y una estación de radio. Desde 1991 formé parte de las filas de Tribuna de la Bahía, en diferentes etapas, cubriendo información general, sobre todo las colonias populares, ejidos, delegaciones, iglesias, escuelas y gobierno. Me gusta pintar, leer, el cine, pasear por la naturaleza y pueblear alrededor.

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