Desertificación: un problema para la agricultura

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Todos hemos escuchado hablar del cambio climático, de las catástrofes que han ocurrido como fuegos forestales por el alza en las temperaturas, las inundaciones a causa del exceso de la tala de árboles, y hace unos días cayó nieve en el desierto del Sahara. 

En todo esto el principal culpable es el ser humano, de eso no cabe duda, claro vivimos en una época con avances tecnológicos impresionantes, pero a la vez estamos perjudicando nuestro planeta.

Algunos daños parecen irreversibles, como la extinción de diferentes especies y animales asombrosos que ya no tendremos la fortuna de conocer pero hay otros que con nuestro compromiso pueden darnos el lujo de vivir mucho más tiempo en un mundo sano. 

La raíz de todo es algo que se llama desertificación. Un concepto nuevo para mi y estoy segura que para muchos de ustedes, se trata de la muerte de la tierra, del suelo que en algún momento estaba repleto de nutrientes, dando vida a las plantas, frutas y verduras que nosotros mismos consumimos. 

La explotación de la tierra es una realidad que afecta y propicia al cambio climático, las emisiones de carbono en lugar de ser absorbidas son liberadas a la atmósfera y eso ocasiona que el ambiente se caliente y suba la temperatura de la tierra. 

Para entender un poco mas vamos a los tiempos de la segunda guerra mundial, en donde el científico alemán Fritz Haber invento un veneno el cual seria utilizado en el campo de batalla y mas adelante en las camaras de gas del holocausto.

Al término de este fatal suceso histórico, Estados Unidos vio una oportunidad (económica) con estos venenos y los renombró como “pesticidas” químicos letales para las plagas en los campos de sembradíos pero años después de su constante uso los agricultores sufrieron de lo que ahora conocemos como desertificación. 

Aparte de los pesticidas existen más causas a la desertificación, como, la tala indiscriminada de árboles y arbustos para obtener combustible, tierra cultivable o recursos madereros, provoca la desaparición de la cubierta vegetal que mantiene la capa fértil del suelo, el pastoreo intensivo el cual impide que las plantas tengan tiempo suficiente para regenerarse, lo que también destruye la capa superior del suelo y la agricultura centrada en forzar la tierra para producir el máximo beneficio agota rápidamente los nutrientes del suelo.

Si el hecho de que nuestras tierras se están muriendo no te convence a hacer algo al respecto tal vez estas cifras lo hagan; dos tercios de la tierra están en proceso de desertificación lo que significa que cada vez tenemos menos espacio en el que podremos cultivar y crear una vida sustentable. 

Lo bueno de todo esto es que si hay una solución y si todos los agricultores se educan en la agricultura regenerativa se podría alcanzar un punto óptimo y retroceder en el avance del cambio climático.

 Los que no pertenecemos a este sector podemos apoyar a la causa consumiendo sus productos y alimentos naturales, reciclando y dividiendo nuestra basura orgánica para que esta se aproveche como fertilizante y así el ciclo vicioso se convierta en un ciclo de vida.