Desde el nido del búho¿Fue justo el juicio a Jesús?

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Parte II

Como continuación de la Columna de Opinión anterior, abordamos este tema muy cuestionado y controvertido en todas las épocas. Pues lo cierto es que Jesús sabía de su destino desde el primer momento que inicio un infame proceso en su contra. Tampoco se le escapaba, ni a él, ni a los apóstoles, que los sacerdotes del Sanedrín querían eliminar su figura ante un mensaje revolucionario que ponía en peligro su poder.

Los conocimientos bíblicos encaminan a señalar que la investigación que se realizó contra Jesús fue esencialmente motivada por la divulgación que hacía de su mensaje evangélico, proclamándose redentor de los pecados de los hombres y siendo un renovador espiritual fue lo que ocasionó la inquietud de sus enemigos para poder imputarle delitos sancionados por la Ley Hebrea. Contraviniendo todas las normas legales, en ningún momento Jesús fue presentado ante Tribunal alguno para ser juzgado, sino que, violando todos sus derechos, fue trasladado a casa de Anas, donde fuera de todo enfoque legal de proceso, se le dio el uso de la voz, sin la presencia de un defensor, ya que desde luego la pretensión era que Jesús incurriera en lo que sus enemigos querían. Por lo que se le formulo imputación del delito de Blasfemia, sin investigación alguna en defensa del Nazareno. No existen antecedentes históricos que validen si se pudo dar una etapa intermedia para la preparación del juicio oral ante el Sanedrín. Sólo existe la notificación de la acusación que se le hizo a Jesús del delito imputado y siendo el objetivo de esta etapa procedimental el ofrecer y admitir pruebas, y llevar estas al juicio oral, se puede afirmar que no hubo una apertura de ofrecimiento de pruebas. Una infamia más, pues de hecho Jesús en la misma noche del jueves, fue llevado ante Caifás sin que se aportaran, ni depuraran pruebas, por lo tanto, otra infamia más a este proceso fue que no tuvo defensor en la audiencia preliminar.

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