Deportista paralímpica refugiada espera ser un “ejemplo”
Alia Issa, primera deportista del equipo de refugiados en los Juegos Paralímpicos, afirmó este lunes que espera que su ejemplo sea seguido por otras mujeres refugiadas que sufran cualquier tipo de discapacidad.
“No se queden en casa, traten todos los días de hacer deporte, salgan fuera, al mundo. Espero ser un primer ejemplo a seguir”, declaró en una conferencia de prensa en Tokio, un día antes de la apertura de los Juegos Paralímpicos en la capital japonesa.
De 20 años, Alia Issa nació en Grecia en el seno de una familia de refugiados sirios y aún vive en el país. Con cuatro años contrajo la viruela, una infección que dañó su sistema nervioso. Ahora tiene que desplazarse en silla de ruedas y tiene problemas de elocución.
Issa no comenzó a practicar deporte hasta hace tres años, y no se especializó en su disciplina olímpica, el lanzamiento de palo, hasta hace dos años.
Sonriente, Alia Issa se mostró asimismo “muy orgullosa” y “muy feliz” de ser una de las dos abanderadas del equipo de refugiados en Tokio, compuesto por seis deportistas paralímpicos.
Será apenas la segunda ocasión en que los 82 millones de refugiados en el mundo estarán representados por un equipo en los Juegos Paralímpicos, después de Rio-2016.
“Estamos muy agradecidos a los países que acogen a refugiados y animamos a los países que pueden apoyarlos a hacerlo. Esperamos poder pasar este mensaje al pueblo japonés”, indicó Ileana Rodríguez, la jefa de misión del equipo.
Japón, tercera potencia económica mundial, acepta a muy pocos refugiados: sólo 47 personas en 2020, poco más del 1% de los demandantes de asilo ese año.
Rodríguez evocó asimismo este lunes la situación actual en Afganistán, indicando que espera que “el mensaje de esperanza” que quiere llevar el equipo paralímpico de refugiados llegue también al pueblo afgano.