En 15 días terminará la demolición edificio de La Surtidora

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En quince días termina la historia de La Surtidora del Puente, ya que es el tiempo que tienen considerado los encargados de la demolición del viejo edificio, que además de albergar la vieja tienda de artículos en general, también era hotel boutique y resultó dañado por la creciente del Río Cuale el pasado 29 de agosto. 

Como recordaremos esa madrugada la creciente del río llevaba una gran cantidad de escombro, basura y maleza que provocaron el colapso del puente de 70 años, luego se desbordó atacando los edificios aledaños entre restaurantes, el mercado municipal y el comercio formal e informal con grandes cantidades de agua y lodo.

Edificio afectado por la creciente del Río Cuale

Esa fuerte crecida atacó los cimientos del edificio de La Surtidora, provocando el colapso de poco más del cuarenta por ciento de su estructura, dejando como saldo la pérdida de una vida humana y desde ese entonces, el viejo edificio quedó inhabitable y sin posibilidades de ser rehabilitado. 

En este momento ya se ha desmantelado todo el equipamiento como son ventanas, puertas, tubería y cableado quedando, además de que ya avanzan con el retiro de los plafones, falsos muros y techos, así como esperan esta misma semana dejar libre toda la estructura primaria para empezar la demolición desde la parte alta.

Edificio afectado por la creciente del Río Cuale

Una de las principales preocupaciones de los ingenieros, son las estructuras aledañas que por años estuvieron compartiendo el espacio. Ya trabajan para que la demolición no les afecte al momento de estar desmantelando el viejo edificio. 

A la par, a corta distancia trabaja la maquinaria que perfora los huecos para instalar los pilotes del nuevo puente de la calle Insurgentes y Libertad, el cual va en lento proceso, pero esperan que a finales de este 2021, ya están en franco avance para terminar su construcción, será solo cuestión de darle su tiempo y esperar.  

Edificio afectado por la creciente del Río Cuale      

Con su desaparición de ese viejo edificio se va una grata historia de recuerdos donde los vallartenses compraban la ropa para los festejos, bodas, bautizos, los útiles escolares, en fin. Una gran historia se va para siempre.