Busca Puerto Vallarta declarar ANP a la Isla del Río Cuale
La regidora María Elena Curiel Preciado, presidenta de la comisión edilicia de Educación, Innovación, Ciencia y Tecnología, presentó en la última sesión de Ayuntamiento la iniciativa para declarar Área Natural Protegida (ANP) de carácter municipal a la Isla del Rio Cuale y se derive un estudio para su dictaminación, que permita generar un proyecto de Decreto por el Congreso de Jalisco.
Indicó que lo anterior lo fundamentó en el artículo 54 de la Ley Estatal del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, en su capítulo IV marca la regulación, creación y administración de las áreas naturales protegidas estatales y municipales, y de los corredores biológicos que se prevén en el presente ordenamiento, así como fomentar el reconocimiento de los paisajes bioculturales, las áreas destinadas voluntariamente a la conservación del Estado.
En su Artículo 51 puntualiza que las zonas de preservación ecológica de los centros de población, son aquellas áreas de uso público, constituidas por los gobiernos municipales, en los centros de población, para sostener y preservar el equilibrio de las áreas urbanas e industriales, entre las construcciones, equipamientos e instalaciones respectivas, y los elementos de la naturaleza, de manera que se fomente un ambiente sano, el esparcimiento de la población y los valores artísticos, históricos y de belleza natural de interés municipal.
“Hacia dónde va esto, es que cuidemos, porque esta isla es muy visitada por turistas y locales, tiene árboles endémicos, flora y fauna valiosa, es por esto, que solicitamos la declaratoria de Área Natural Protegida, como instrumento legal de protección y conservación, es decir, tendremos que generar un manual de manejo de la zona, para armonizar su convivencia, el mantenimiento y la vocación cultural que al día de hoy tiene”.
Isla del Cuale, patrimonio vallartense
La Isla del Cuale, rodeada del rio que baja de la Sierra Madre Occidental que divide el Viejo Vallarta, dejando el área denominada centro por el norte y la llamada Zona Romántica por el sur. Junto a esta desembocadura, dice la historia, en 1851 se asentó don Guadalupe Sánchez, para fundar el pueblo.
Es un patrimonio de todos, visitado constantemente, ya que es idóneo para pasear, ejercitarse, promover la ecología, cultura, y es un centro social muy importante; para las parejas, es un lugar muy tranquilo y romántico, donde se pueden escapar.
Antes conocida como Isla de Santa Clara, apareció en el año 1926. Fue creado por crecidas del río en las que se bifurcó en dos brazos, dejando este espacio. En 1975 el gobierno dragó el lecho del río para hacer de la isla una superficie más permanente y evitar inundaciones; incluso la protegió con enormes piedras en su perímetro, elevando su nivel. La isla en esa época también se llamaba Isla de los Niños, ya que se utilizaba como zona de recreo, con juegos infantiles.
Luego se convirtió en un espacio cultural, con el museo de arqueología, un pequeño auditorio y talleres artísticos. Actualmente la isla está conectada con dos puentes vehiculares y cuatro peatonales, dos de ellos colgantes. El ultimo de concreto, es con diseño armónico que lleva al Gringo Gulch.
En la parte poniente de la isla ya es complicado caminar, el callejón está prácticamente estrangulado por decenas de puestos de artesanías, joyería y ropa, sin que el Fideicomiso pueda controlarlos. Igual hay restaurantes que se han expandido, agrediendo el entorno incluso, desaparecieron jardineras y rinconadas, perdiéndose espacios públicos ante la privatización comercial.
Lugar obligado para turistas
Para muchos sigue siendo el lugar más bonito de Puerto Vallarta, aunque no aparezca en todas las guías turísticas, merece ser visitado y asombrarse por las enormes iguanas que bajan a comer o se camuflajean entre sus árboles, así como ardillas y con suerte podrían ver una nutria nadando o saltando entre sus piedras.
En la administración anterior se impulsó la primera etapa de la remodelación de la isla, con una inversión de 2 millones de pesos, incluyó una reforestación, poda controlada y sustituyendo especies que no son endémicas de la región, como laurel, ficus y pinos, por parotas y otros árboles nativos, con asesoría de biólogos expertos, pero requiere más infraestructura para su rescate.
La edil María Elena indicó que su iniciativa entrará a estudios y análisis, en las comisiones de Educación, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente.