“De que se va, se va”

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Se habla como emblema de este régimen de la 4T, que es la supuesta cuarta transformación de México (…)

Viendo la realidad de nuestro país no sabemos cuál ha sido la transformación de México para bien, ya que los resultados a  4 años y medio de este régimen, todos los indicativos han sido negativos.

Las siguientes afirmaciones comprueban lo anterior.

Violencia. En aumento sin control.

Medicinas. Escasez total.

Salud. Con atención deficiente.

Pobreza. Creciente y mayor que en 2018.

Constitución, Violada a diario.

Confiabilidad.  Nula.

Polarización. En todo el país.

Inversión. Con enorme desconfianza local y externa.

Militarización. Absoluta y creciente.

Dispendio. Generalizado.

Impunidad. Evidente

Opacidad. Desde el inicio.

Nepotismo. En todos lados.

Corrupción. A todos niveles.

Educación. Sin ninguna calidad.

Infraestructura. Sin costos reales.

SCJN. Agredida sin medida.

INE. Intento de desaparición.

INAI. Bloqueado

Guarderías. Eliminadas.

INSABI. Creado y desaparecido con enorme deuda.

¿Con estos resultados alguien puede decir que esa mentada 4T ha sido favorable para el país?

Incluyendo a Carlos Salinas hemos tenido 5 presidentes recientemente, con sus aciertos y sus errores, pero sin el fomento de la polarización, sin insultos y agresiones y sin un afán diario de destruir el país con el único fin de obtener el poder absoluto, fortalecer el poder ejecutivo y desaparecer el legislativo y el judicial. La dictadura perfecta.

Dada la personalidad de López Obrador, que luchó 18 años para asumir a la presidencia de México, quejándose de fraudes electorales, invadiendo el Paseo de la Reforma, nombrando a su gabinete en su gobierno legítimo y todas las acciones anticonstitucionales hechas durante su régimen, y pensar que ya le quedan unos 420 días de poder, nos resulta fuera de este contexto, un retiro tranquilo en el próximo fin de su reinado a su rancho en Palenque.

La agresión orquestada contra la SCJN, entre el poder ejecutivo y el poder legislativo ya subyugado por este, crea un desequilibrio peligroso en la definición de República. Ya no hay tres poderes, hay dos contra uno, y con deseo de eliminarlo.

Hay muchas especulaciones del futuro en cuanto a la posible actitud que tome el presidente en turno, pero,

“de que se va, se va”.

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