Danza de Beto Franco, 83 años de encabezar las peregrinaciones Guadalupanas
Uno de los símbolos de las peregrinaciones guadalupanas es el “Grupo Azteca, la Danza del Pueblo”, fundada por Roberto Franco en 1940, siendo el primero en su tipo en el pueblo, tradición que se preserva hasta la fecha, distinguiéndose por su colorido y ritmo prehispánico. Lo que da identidad a esta muestra de fe vallartense, siendo ya consideradas estas fiestas patronales Patrimonio Cultural del Estado de Jalisco.
Beto Franco, con un tambor blanco traído de Cuba, marcaba los pasos, siempre les exigía fuerza y garbo al bailar, no le gustaba lo estilizado, decía que nuestros antepasados bailaban con precisión y majestuosidad. Se hicieron imprescindibles en todas las fiestas religiosas de la región, por su aportación a la cultura popular le fue otorgado por el Ayuntamiento de la ciudad el “Premio Puerto Vallarta” a finales de la década de los noventa.
Hace 14 años Beto Franco falleció y heredó la dirección a Pedro Curiel López, quien ha continuado esta tradición, que es ya un referente en las más importantes festividades de la ciudad, solamente los dos años de la pandemia no pudieron acompañar a las peregrinaciones por las calles, pero de manera simbólica fueron a bailarle a la Virgen, aun con el templo vacío.
Ellos mismos elaboran su vestuario, en lo que tardan dos meses, igual desde octubre ensayan en la isla del río Cuale; Pedro toca el tambor y motiva a los danzantes, se siente orgulloso de sus raíces, con su traje, cascabeles y penacho, reviviendo estos bailes de la cultura mexicana. A su paso todos los miran y aplauden.
Con fe bailan tras el huracán y la pandemia
Después de huracán Lidia, al que consideró un milagro el que no hubiera causado un desastre en Puerto Vallarta, Pedro compartió:
“Primero es la fe y la devoción lo que tenemos, es una alegría agradecer a la Virgen las bendiciones que hemos recibido a lo largo del año, porque hemos sido golpeados, ya ves lo que pasó con el huracán, la pandemia y todo eso”.
Normalmente, son 70 los danzantes de la primera compañía, pero también tienen grupos de veteranos y niños, y han creado escuela en otras poblaciones de Nayarit, siendo actualmente 225 personas en total, y en las 8 décadas han pasado más de 7 mil personas por sus filas.
Todo el año tienen actividades, el principal es encabezar la peregrinación diocesana a la Basílica del Tepeyac en la Ciudad de México, bailan en las fiestas de: Ameca, Talpa, Yerbabuena, El Tigre, El Tuito, Villa de Juárez, Chapala, Ajijíc, y todos los poblados cercanos como Valle de Banderas, San Juan de Abajo y Jarretaderas, también han tenido la oportunidad de presentarse en Taxco, Guanajuato, Puebla, Acapulco.
“Pues más que nada es una bendición muy grande, por si lo haces de corazón, con humildad y sencillez, las bendiciones van a llegar de arriba, vas a ser bendecido al cien por ciento”, señaló mientras peregrinaba.
LLg