CRUDA REALIDAD
Duda Razonable
Describamos un caso de la vida diaria.
El padre, un mexicano de 47 años de edad, obtiene sus ingresos de las comisiones que le deja la venta de recorridos turísticos. Su esposa, una mujer de 45 años de edad, aporta al ingreso familiar a través del salario que obtiene como trabajadora de un salón de belleza. Un matrimonio común; como el de usted; como el mío.
Entre los dos, como decimos acá, apenas sacan pa’l chivo.
Tienen cuatro hijos; uno en la Universidad; otro en la Preparatoria y los dos más chicos en la primaria. Él es hipertenso y ella, en general, muy sana.
Desde el 1 de abril, a través de un Decreto Federal y Estatal les ordenaron quedarse en casa y que debían cuidarse comprando desinfectantes, gel antibacterial y lavándose constantemente las manos.
Cerraron el salón de belleza, se fue el turismo, y no hubo ingresos. Los pequeños ahorros apenas alcanzaron para los primeros quince días de abril. Para salir el mes, tuvieron que pedir apoyo a familiares y amigos, quienes, en la misma situación, estiraron los recursos entre todos para librarla esos 30 días.
Pero no terminaba abril y les informaron que “la cuarentena” se ampliaba todo el mes de mayo.
Como todos los padres responsables, a partir de ahí iniciaron un largo peregrinaje buscando todo tipo de apoyos anunciados por el gobierno. Ninguno obtuvieron.
Empezaron a preparar postres en casa para llevar a domicilio; pero el pequeño negocio no logra despuntar.
Se anotaron en la larga lista de espera de las tiendas de autoservicio para obtener su registro y autorización como repartidores acreditados. Aún no lo logran.
Según el Decreto que establece la emergencia sanitaria, el padre no puede salir de casa porque tiene una enfermedad preexistente de alto riesgo.
Los gobiernos, federal, estatal y municipal, les exigen ¡que sean responsables! ¡que no se expongan! que hagan otro “pequeño esfuerzo” porque ya casi domamos y vencemos la curva. Que se queden en casa todo este mes de mayo y hasta nuevo aviso.
En estos últimos días del mes, han tenido que acudir a solicitar despensas o alimentos preparados gratuitos en los domicilios de generosos ciudadanos voluntarios, porque los repartos del gobierno ya están saturados, están etiquetados para sus afiliados partidistas.
¿Y mañana? ¿Y si la cuarentena se extiende a junio? ¿Y los pagos de renta, luz, agua y teléfono?
¿Nos estás escuchando… gobernante?
Es duda razonable.