Cromadas y no de espejo serán las letras de Puerto Vallarta

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Guillermo Brockmann Brewster, es el autor del proyecto de las nuevas maxiletras de bienvenida a Puerto Vallarta, y que tanta polémica y rechazo han causado por el efecto espejo, aclaró que es un cromado como los automóviles, aunque aún analizan su nivel de reflejo y brillo.

Pese a que en su boceto, mismo que difundió el Gobierno Municipal en su portal, es claro que las letras son un espejo, reflejándose ahí los carros, palmeras y edificios de alrededor, explicó que falta hacer las pruebas y si algo encandila dijo que le anexarán un terminado mate.

“Es cromo espejo, como lo que traen los carros… entonces no es espejo, es una pintura, las letras están haciéndolas de fibra de vidrio…la idea es que refleje nomas el ambiente y sus cambios… y la gente cuando interactúe con ellas sea dinámica”, indicó.

SI SE REFLEJARÁN

Sin embargo reconoció que sí se podrán mirar en las letras los paseantes, como en espejo: “De cerca sí, de lejos ya se distorsiona”. 

Nació en 1972 en la Ciudad de México, de madre estadounidense y padre mexicano, se formó en el vecino país de Norteamérica, cuenta con una licenciatura en Bellas Artes por la Escuela de Diseño de Rhode Island, y un máster en Bellas Artes por la Academia de Arte Cranbrook en Detroit.

Su obra ha formado parte de exhibiciones individuales y colectivas en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, el Ex Convento del Carmen en Guadalajara, el Museo de Arte de Zapopan, entre otros y en diversas galerías de México y Estados Unidos.

DEBERÁN PULIRLAS Y ENCERARLAS CONTÍNUAMENTE

Las 14 letras medirán 2.50 metros de alto. Pipo Brockmann fue seleccionado por el jurado, con el premio de 125 mil pesos, deberá terminar de decorarlas el sábado 20 de febrero. 

Adelantó que su  mantenimiento será especial, con lavado, pulido y encerado: “Igual que un carro, es pintura de carros sobre fibra de vidrio… si hay vandalismo, se parcha igual y se da otra retocada. La pintura dura siete años, así lo garantiza, se sopletea como carro”.

Con residencia permanente en Boca de Tomatlán desde hace varios años, Pipo Brockmann allá disfruta de la tranquilidad y entorno natural, desconectado de redes sociales y celular, por lo que dijo desconocía la polémica y rechazo a su innovadora propuesta.

“No tengo computadora… no sabía yo eso, me estoy enterando ahora, pero cualquier cosa pública así va a ser, habrá reacciones, yo pienso que ya presentada la obra eso es otra cosa… pero dicen del dicho al hecho, y aquí estamos para hacerlo”.

Conceptualmente hace referencia a la integración con el paisaje, es un conjunto  escultórico interactivo, que se integra y apropia del entorno, su intención subrayó, es dar una cara honesta de quienes somos.

Miguel González Guerra