Crimen y Castigo

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“Recuerda que la tolerancia se convierte en un crimen cuando se tiene tolerancia ante el mal.”

–Thomas Mann.

 

Muy movidos han estado estos días en la región y en el país. Entre el tórrido calor y las lluvias torrenciales, Puerto Vallarta se acerca poco a poco al otoño, en espera de un clima más benigno. El pasado miércoles, en el programa Quórum, que se transmite por TV Mar y Radiante FM mi compañera Claudia Meléndez, Ángel Mora y un servidor charlamos sobre la no poco sorpresiva detención de ese lamentable personaje de la política mexicana: Rosario Robles. A ella le echaron el guante por su papel en ese mega fraude llamado La Estafa Maestra, de la que todo México sabíamos, menos los encargados de procurar justicia ni el jefe de Robles (Peña, el angelito) ni el honestísimo candidato tricolor José Antonio Meade, quien fue secretario de Hacienda y en teoría debió de conocer todos y cada uno de los enormes robos, fraudes, atracos, desvíos, malversaciones y demás que caracterizaron el sexenio del guapo copetón analfabeta.

Y en efecto, Rosario Robles tuvo mucho que ver en esa Estafa Maestra; sin duda se llenó las alforjas de dinero, pero ese no ha sido el único escándalo en el que se ha visto envuelta la dama de las uñas largas: desde 2001 se supo que contrató una empresa, Publicorp, la que le vendía publicidad a sobre precio, para dividirse el excedente, dinero con el que la Robles empezó a engordar su famoso “cochinito”, un fondo con decenas de millones de pesos que comedidamente le guardaban a Robles para sus campañas políticas, en un asunto lleno de deshonestidad, nepotismo, tráfico de influencias y abuso de poder. La señora de la gran mazorca la libró para brincar a otro tema candente: Ahumada.

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