COVID-19 se convierte en la pesadilla de hipocondríacos
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Salud (Sputnik).- Si bien todos podemos sentir el impacto del coronavirus y preocuparnos en mayor o menor medida por las consecuencias, las personas con trastornos de ansiedad, como la hipocondría, están en una situación de mayor fragilidad. Expertos señalan los disparadores de ansiedad y estrés y cómo cuidarse frente al embate psicológico del coronavirus.
Frente a la pandemia de COVID-19 se han activado distintos protocolos y medidas de seguridad. Sin embargo, el flujo constante de información sobre el coronavirus y el eco en distintos medios y redes sociales también traen aparejada una cuota extra de preocupación que se magnifica en casos de personas que sufren trastornos de ansiedad.
Según Joshua A. Gordon, médico psiquiatra y director del Instituto Nacional de Salud Mental de EEUU —NIMH, por sus siglas en inglés—, la pandemia, que impacta en distintas facetas de la sociedad, tiene efectos estresantes. “Los sentimientos de ansiedad e incertidumbre son completamente normales en tiempos así”.
Pero para las personas que padecen trastornos mentales la situación es mucho más desafiante. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que más de 260 millones de personas sufren de trastornos de ansiedad. Asimismo, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indica que los trastornos de ansiedad ocupan el segundo lugar (3,4 %) entre los trastornos mentales más comunes en América Latina y el Caribe, solo por detrás de la depresión (5 %).
Ante la alarma extendida en torno al SARS-CoV-2 el estrés se dispara en individuos con problemas de ansiedad o hipocondría. “Mientras que todos estamos preocupados sobre el futuro, para quienes sufren de trastornos de ansiedad, la preocupación puede acapararlo todo”, señala Gordon.
Por su parte, Krystal Lewis, psicóloga del NIMH, afirma que:
“Para cualquiera que tenga TOC [trastorno obsesivo compulsivo] o miedo específico de enfermarse, cuando empieza a ver cada vez más alertas o que hay alcohol en gel en todos lados puede ser realmente complicado”.
¿Qué es hipocondría?
También llamada hipocondriasis, es la preocupación excesiva a contraer una enfermedad grave. Aunque aún se los llama hipocondríacos, actualmente las personas con miedo a enfermarse son diagnosticadas con trastorno de ansiedad por enfermedad, aclara Clínica Mayo.
Las personas con síntomas de este trastorno interpretan sensaciones corporales normales o síntomas localizados menores como señales de una enfermedad grave. Además:
Se preocupan demasiado por su estado de salud, con búsquedas constantes de síntomas o enfermedades en internet;
Están intranquilas aunque el médico o los análisis clínicos indiquen que no hay problemas de salud;
Se preocupan excesivamente por alguna enfermedad específica;
Tienen miedo a padecer la misma enfermedad que alguien de su familia tiene;
Van mucho al médico o por el contrario evitan las consultas por miedo a un diagnóstico desfavorable;
Evitan actividades, lugares o encuentros con personas por miedo a enfermarse.
Los factores de riesgo para el trastorno de ansiedad por enfermedad son varios. Desde antecedentes personales de enfermedades serias en la infancia o de familiares hasta la constante consulta sobre problemas de salud en internet. También estar viviendo un momento mayor de estrés es un factor de riesgo.
¿Hipocondría o síntomas reales?
Ana Prudovski, psicóloga clínica especialista en trastornos de ansiedad, sostiene que la aparición del COVID-19 ha sido el primer detonante para las personas hipocondríacas.
El segundo disparador son las recomendaciones sanitarias de prevención, que refuerzan la compulsión de las personas con este trastorno, y se ponen aún más ansiosas. Quieren reducir el grado de incertidumbre para lo cual buscan más información sobre la enfermedad en los medios y redoblan las precauciones sanitarias recomendadas.
Según la OMS, los síntomas de COVID-19 más comunes son fiebre, cansancio y tos seca. Es posible la presencia de dolores, congestión nasal, secreción nasal (rinorrea), dolor de garganta o diarrea.
Si una persona se siente mal y presenta síntomas leves como fiebre ligera, dolor de cabeza y rinorrea, debe quedarse en su casa para evitar el contacto con otras personas.
En caso de presentar dificultades para respirar, tos y fiebre debe consultarse al médico vía telefónica y seguir las indicaciones antes de asistir a un centro de atención médica. Esto es importante para evitar la propagación del coronavirus.
No obstante, saber los síntomas de la enfermedad y qué precauciones tomar no implica que una persona con trastorno de ansiedad por enfermedad deje de preocuparse. Bajo atención médica psiquiátrica, quizá con terapia conductual cognitiva, es posible para el paciente reconocer los disparadores que empeoran los síntomas de hipocondría y aprender a manejarlos, advierte la Biblioteca Nacional de Medicina de los EEUU.
Consejos contra el estrés y la ansiedad frente al COVID-19
Ante la preocupación que puede generar la información sobre el coronavirus, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) aconseja:
- Consumir menos noticias y contenidos sobre coronavirus en redes sociales y otros medios;
- Realizar actividades que disfrutes y relajarte;
- Cuidar la salud física: comer sano y balanceado; dormir suficientes horas de sueño; ejercicios de respiración, meditación y estiramientos. Evitar drogas y alcohol;
- Comunicarse con personas de confianza para hablar sobre los temas que puedan preocuparte;
- En caso de enfermedades mentales preexistentes, seguir los tratamientos indicados, y prestar atención a nuevos síntomas o su agravación.
- Por su parte, Gordon señala la importancia de mantenerse conectado y saber cuándo pedir ayuda.
“Es importante darse cuenta de que tomar distancia social no significa aislarse socialmente, sobre todo con las tecnologías modernas disponibles para muchos de nosotros. Conectarse con amigos y seres queridos, ya sea mediante nuevas tecnologías o simples llamadas telefónicas, puede ayudarnos a mantener los lazos durante estos días estresantes y nos dará la fortaleza para resistir este momento difícil”, concluye el director del NIMH.