Costo de oportunidad de economía

La opción no elegida es fundamental en la toma de decisiones. A nivel país, se refleja en el potencial de inversión y crecimiento que se sacrifica por la fragilidad en las finanzas públicas, déficits previstos y presiones fiscales
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En economía, el costo de oportunidad es el valor o beneficio de la mejor alternativa que se deja de obtener al tomar una decisión.

Es el coste de la opción no elegida, aquello a lo que renuncias al elegir otra opción, y es fundamental para la toma de decisiones informadas, tanto a nivel personal como empresarial.

El costo de oportunidad en la economía de México en 2025 se refleja en el potencial de inversión y crecimiento que se sacrifica debido a la fragilidad de las finanzas públicas, los déficits previstos y las presiones fiscales, como el agotamiento de fondos de emergencia y la ampliación de programas sociales.

México ha logrado destacar entre las economías emergentes a pesar de la incertidumbre macroeconómica generada en los últimos meses, en particular tras las decisiones comerciales del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya que se percibe una conducción económica más moderada y pragmática, lo que ha favorecido una narrativa positiva y un atractivo relativo frente a otros países de la región.

De hecho, diversos fondos internacionales han señalado al país como uno de sus destinos preferidos dentro de América Latina.

Las empresas en México pueden enfocar su inversión en un nuevo proyecto o en la mejora de la infraestructura, el costo de oportunidad es el beneficio potencial no obtenido en la opción no seleccionada.

México está desaprovechando la coyuntura internacional y la oportunidad de fortalecer su integración en Norteamérica para consolidar una mayor capacidad estructural de crecimiento, basada en el desarrollo tecnológico, la innovación productiva, la generación de mayor valor agregado, la formación de capital humano especializado y una inserción más competitiva en las cadenas globales de valor.

 

El Plan México no parece incidir en el fortalecimiento de la capacidad estructural de crecimiento de largo plazo, a pesar de las posibilidades históricas que se abren para el país en un entorno internacional en redefinición.

 

El riesgo de diseñar el presupuesto con criterios políticos y no con base en necesidades estructurales es que se privilegien proyectos o programas de alto impacto electoral, pero de bajo impacto económico o social en el largo plazo.

 

Ello está derivando en una asignación ineficiente de recursos que no resuelve problemas de fondo como baja productividad, insuficiente infraestructura, inseguridad o carencias en salud y educación.

 

Para detonar un crecimiento sostenido se requieren inversiones en infraestructura, energía suficiente y limpia, certidumbre jurídica, seguridad y un marco regulatorio que fomente la inversión privada.

 

Sin embargo, la prioridad presupuestal continúa siendo la expansión de programas sociales y el rescate de Pemex, lo que desplaza recursos de sectores estratégicos como salud, educación y seguridad.

 

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