Corea del Sur continúa en crisis política: ahora destituyen al presidente interino

En un hecho sin precedentes en la historia contemporánea de Corea del Sur, el Parlamento votó este miércoles a favor de destituir al presidente interino Han Duck-soo, quien asumió el cargo tras la remoción de Yoon Suk Yeol el pasado 14 de diciembre. Han ha sido acusado de haber participado activamente en una insurrección vinculada a intentos por imponer la ley marcial, profundizando la crisis política que sacude al país.

Entérate: Destituyen a presidente de Corea del Sur por fallido intento de instaurar ley marcial

Con 180 votos a favor de su destitución en la Asamblea Nacional, Han Duck-soo se convierte en el primer presidente interino en ser removido de su cargo. La decisión llega en medio de tensiones políticas extremas y manifestaciones masivas que han paralizado sectores clave de la nación. Ante la vacante generada, el ministro de Finanzas, Choo Kyung-ho, asumirá temporalmente la presidencia mientras se debate el futuro político del país.

Las acusaciones contra Han se centran en su presunta complicidad con altos mandos militares y civiles para instaurar un gobierno de excepción mediante la ley marcial, medida que habría sido diseñada para sofocar las crecientes protestas populares y mantener el control tras la crisis generada por la destitución de Yoon. La fiscalía surcoreana ha anunciado la apertura de una investigación formal contra Han, mientras que varios miembros de su círculo cercano también están bajo escrutinio.

South Korean lawmakers have impeached acting President Han Duck-soo, accusing him of obstructing an investigation into ousted President Yoon Suk-yeol’s failed attempt to impose martial law earlier this month pic.twitter.com/1bwZVroVPh

— Al Jazeera English (@AJEnglish) December 27, 2024

El presidente del opositor Partido Demócrata, Lee Jae-myung, calificó la destitución de Han Duck-soo como un paso necesario para “restaurar la confianza del pueblo en las instituciones democráticas”.

En un discurso pronunciado tras la votación en el Parlamento, Lee afirmó que “la nación no puede tolerar más líderes que, lejos de servir al pueblo, ponen en riesgo el orden constitucional”. También hizo un llamado a la unidad de las fuerzas políticas para acordar elecciones anticipadas y evitar que la crisis derive en una parálisis institucional prolongada.

Desde el exterior, las reacciones no se han hecho esperar. El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos expresó “preocupación por la estabilidad democrática” de Corea del Sur, enfatizando la necesidad de respetar los principios constitucionales.

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China pidió “moderación y diálogo” entre las fuerzas políticas surcoreanas, subrayando la importancia de preservar la estabilidad regional en un contexto de tensiones internacionales. Japón, principal socio comercial y vecino estratégico, instó a Corea del Sur a resolver la crisis mediante “procesos transparentes y democráticos”.

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, afirmó que “la incertidumbre en Corea del Sur afecta a toda la región del noreste asiático, especialmente en momentos en que la cooperación es crucial para enfrentar desafíos compartidos”.

En el ámbito doméstico, miles de personas han salido nuevamente a las calles de Seúl y otras ciudades para exigir elecciones anticipadas y un cambio estructural en el sistema político. Líderes de la oposición han calificado este episodio como “una señal de quiebre institucional” y han señalado la urgencia de iniciar un proceso de reconciliación nacional.

En el contexto global, analistas internacionales advierten que lo ocurrido en Corea del Sur refleja una creciente crisis de legitimidad política que afecta a democracias en todo el mundo. Desde el ascenso de regímenes autoritarios hasta la polarización extrema en democracias consolidadas, los sistemas políticos enfrentan una presión sin precedentes.

Para Corea del Sur, el futuro inmediato será crítico: el vacío de poder, las investigaciones judiciales en curso y la posibilidad de nuevas movilizaciones sociales podrían definir no solo el rumbo de su política interna, sino también su rol como actor clave en el escenario internacional, en particular frente a las amenazas de Corea del Norte y las disputas geopolíticas en Asia Oriental.

EU