Adiós a Consuelo Munguía, guardiana del milagro que dio origen a la Peregrinación de Los Favorecidos
Hoy Puerto Vallarta está de luto con el fallecimiento de la señora Consuelo Munguía García, una mujer que, junto a su familia y otras valientes vallartenses, formó parte del origen de una de las tradiciones más importantes de la región: la Peregrinación de Los Favorecidos.
Consuelo Munguía, con su historia de vida y testimonio, deja un legado imborrable en la devoción y la cultura vallartense.
Era el año de 1946 cuando un grupo de aproximadamente 30 personas, mayoritariamente mujeres pertenecientes al grupo de Acción Católica Femenil, emprendieron un viaje hacia el Santuario de la Virgen de Guadalupe en la Ciudad de México.
La travesía, organizada bajo la guía del párroco Rafael Parra, fue un acto de fe y sacrificio. Sin embargo, aquel primer contingente de vallartenses jamás imaginó que su experiencia marcaría para siempre la espiritualidad de la comunidad.
Entre las protagonistas de aquel viaje estuvieron las hermanas Consuelo y Josefina Munguía García, junto a su madre Elodia García Bernal. Viajaron en un rústico camión conocido como “tropical”, expuestas al frío y las incomodidades del camino.
El viaje tuvo un desenlace trágico y milagroso. Al regresar, cerca de Compostela, los frenos del camión fallaron en una peligrosa brecha llamada “La Tigrera”. Mientras el vehículo avanzaba sin control hacia un barranco, una de las pasajeras clamó a la Virgen de Guadalupe.
Inexplicablemente, el camión se detuvo suspendido entre una roca y las ramas de un árbol.
Aunque todos los pasajeros sobrevivieron al accidente, el señor Donaciano Prado, recaudador del pueblo, perdió la vida al saltar del vehículo.
A pesar de la tragedia, los sobrevivientes reconocieron el suceso como un milagro y, en agradecimiento, aceptaron la invitación del padre Parra para encabezar una peregrinación en diciembre de ese año.
Así nació la tradición de Los Agradecidos, que con el tiempo evolucionó hasta convertirse en Los Favorecidos, un desfile de fe que ahora congrega a más de 30 mil personas cada 12 de diciembre.
Consuelo Munguía y sus compañeros de aquella histórica travesía no solo vivieron un evento que puso a prueba su fe, sino que también sembraron la semilla de una tradición que hoy es emblema de Puerto Vallarta.
Años después, el dueño del camión, Agapito Medina, inmortalizó el milagro en un retablo que estuvo expuesto en el Templo de Guadalupe como testimonio del suceso.
El legado de Consuelo Munguía García trasciende generaciones. Con su partida, Vallarta pierde a una de las últimas guardianas de la historia de Los Favorecidos, pero su testimonio y el fervor que inspiró seguirán vivos en cada paso de los peregrinos que año tras año llenan las calles con devoción y gratitud.
Hoy, la comunidad despide a Consuelo con profunda admiración, reconociendo su vida como un ejemplo de fe y entrega.
jb