Comadre de Vicente Fernández recuerda sus inicios
Vicente Fernández también es recordado en Puerto Vallarta, en la década de 1960 vivió una temporada en la calle Francisco I. Madero de la colonia Emiliano Zapata, por temporadas cantó en algunos centros nocturnos del rumbo, como Los Lobos y El Pirata, era cliente de doña Adela que vendía gorditas de pollo en el Mercado del río Cuale, ya famoso hizo varios palenques en las Fiestas de Mayo.
La cantante tapatía Lupita Llamas, inició su carrera artística junto al Charro de Huentitán, en 1964 se conocieron, compartieron presentaciones y giras por todo el país, fue tanta su cercanía que incluso llegaron a ser compadres en 1969, cuando Vicente y su esposa Cuquita bautizaron a su hijo Mauricio.
“Trabajamos juntos en el primer contrato de mi hermana Benigna y yo, aunque ya habíamos hecho mucho y Vicente más, pero trabajamos el primero de cotizar a la ANDA, de él y de nosotros en 1965 ya afiliados a la Asociación Nacional de Actores”, subrayó la artista que vive su retiro en Puerto Vallarta.
En aquel tiempo les pagaban determinado mínimo por tres show, de 11 de la noche a 6 de la mañana:
“Entonces cuando llegaban los palenqueros y empresarios de todos los pueblos, nos decían, Hermanitas Llamas ya las contratamos pero ¿otro número que valga la pena?, nosotras les respondíamos que no había otro que Vicente Fernández y hasta les decíamos dónde estaba”.
Vicente Fernández también las recomendaba cuando lo contrataban a él, así fue como siguieron en la misma cartelera.
Lupita recordó a Vicente en sus inicios, como un hombre muy trabajador, con muchas carencias económicas, abstemio y muy bragado, cuando lo retaban no se rajaba, en varias ocasiones lo vio pelear, como amigo era leal y buen compañero detrás del escenario.
Siempre mantuvieron contacto, aunque pocas veces se volvieron a ver, la ultima vez fue en el 2018, en el Rancho Los 3 Potrillos:
“Fui a buscarlo hace menos de 4 años, a toda la gente la corrieron, pero los de la caseta me dijeron que no me fuera que estaba por llegar mi compadre…arribó en una camioneta, platicamos de todo, le llevé estas fotos amplificadas, le dio un gusto, pues él no las tenía”, compartió.
Al enterarse de su fallecimiento, Lupita Llamas instaló un pequeño altar a la entrada de su casa en una colonia de El Pitillal, con la imagen de la Virgen de Guadalupe y el retrato de su compadre Vicente, le rezó ya varios rosarios y compartió que le ha llorado.
Trajo a su mente tantos momentos juntos, viajes, actuaciones y convivencias familiares. En aquellos tiempos en su repertorio no podía faltar la canción Julia, que era la favorita de su público.