Uno de los secretos mejor guardados que atesora Puerto Vallarta nace entre sus montañas, y más allá de la Sierra Madre Occidental de México, convirtiendo a este destino turístico en un lugar privilegiado donde coexisten ríos, arroyos y cuerpos de aguas cristalinas.

En este lugar se puede disfrutar del inmenso mar que provee el Océano Pacífico, pero a la vez es posible adentrarse en la selva, con el fin de sumergirse entre el agua que baja de las piedras y la abundante vegetación que cubre estos riachuelos.

Pero pongamos nombre y apellido a estos tesoros naturales: Río Cuale, Río Pitillal, Río Mascota, El Edén y Palo María, son estos algunos de los cuerpos de agua que bajan de lo alto de Puerto Vallarta durante todo el año, y donde es común ver a familias enteras de origen vallartense dándose “un chapuzón”, como dicen los lugareños.

Aguas azul turquesa en la cascada del río Palo María, al sur de Puerto Vallarta// Foto: Cortesía de Rak Kris

Lo interesante de estos ríos y cuerpos de agua es su color cristalino que contrasta con el verde intenso de la selva que los rodea, y que son amenizados con el canto de aves y pájaros como la urraca de copete o el cacique mexicano; dos especies que abundan en este territorio costero.

Los ríos de Puerto Vallarta y sus atractivos naturales

Tan llamativos son estos lugares que El Edén, una piscina natural al sur de Puerto Vallarta, sirvió de escenario para las filmaciones de una de las películas más taquilleras del actor estadounidense Arnold Schwarzenegger, nos referimos a la cinta Depredador.

El caso del Río Cuale es un caso extraordinario y muy especial, ya que corresponde a un sistema montañoso que nace en lo alto de los municipios de Puerto Vallarta y Talpa de Allende, ambos en Jalisco, donde surge este riachuelo de aguas frías en su altitud, pero que conforme se acerca a su desembocadura al mar, su temperatura va aumentando.

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Tanto el río Cuale como el Río Pitillal, este último ubicado en medio de la ciudad, tienen una temperatura promedio de 18 a 22 grados centígrados, dependiendo de la altitud de donde provengan las aguas.

“Son aguas frescas desde el punto de vista sensación al cuerpo”, consideró la Unidad de Meteorología del Centro Universitario de la Costa.